Nietzsche y su hermana: la leyenda del incesto más famoso de la filosofía
Un libro de Sue Prideaux sobre el emperador de los intempestivos desmonta algunos de los más persistentes mitos sobre su figuraNietzsche y su hermana Elisabeth en 1899, cuando la locura había devorado ya al filósofo
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DANIEL ARJONA
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BIOGRAFÍA
FILOSOFÍA
TIEMPO DE LECTURA7 min
03/03/2019 05:00
"El chico que se crió en una casa llena de mujeres sin hombre. La extraña relación entre Nietzsche y su hermana, acallada durante cincuenta años y revelada por fin en la confesión del propio filósofo. La historia de un hermano famoso y una hermana pequeña aterradoramente ambiciosa que crecieron amándose físicamente desde niños y siguieron amándose de adultos, excluyendo a todos los demás hombres y mujeres. Basta con leer unos fragmentos de este libro apasionante para darse cuenta de por qué ha sido silenciado todos estos años. Llanamente y con pavorosa seriedad, el mayor filósofo del siglo XIX relata cómo cayó poco a poco en esa trampa amorosa extremadamente arriesgada que le impidió casarse y que llevó al suicidio al marido de su hermana. MI HERMANA Y YO fue escrito en un manicomio en Jena. Sin duda era su venganza deliberada contra su familia por haberle impedido publicar una confesión anterior y mucho más moderada titulada 'Ecce homo', que no apareció hasta diez años después de su muerte. MI HERMANA Y YO tuvo que aguardar más de cincuenta años porque no podía hacerse público hasta que todos los actores de este Gran Drama hubieran fallecido".
'¡Soy dinamita!' (Crítica)
Así rezaba la muy seductora publicidad editorial de un libro escandaloso publicado con tremendo éxito en 1951 y que aún hoy pueden encontrar en distintos idiomas, también en español, con la firma del gran intempestivo, del filósofo del eterno retorno, del confesor de Zaratustra y asesino de Dios, Friedrich Wilhelm Nietzsche. Así figura también en numerosos sites de internet. De hecho, la historia es hoy moneda común y todo el mundo cree saber que el desventurado autor de 'El Anticristo' se acostaba con su hermana en lo que sería el incesto más célebre de la historia de la filosofía. Lástima que todo sea falso, como explica la novelista y biógrafa inglesa Sue Prideaux (1946) en la ultimísima y soberbia biografía del pensador que acaba de publicarse en España: 'Soy dinamita: una vida de Nietzsche' (Ariel, 2019).
Hay tantas biografías de Nietzsche como utilizaciones bastardas de su filosofía, desde las apologías de su potencial liberador hasta las virulentas diatribas acerca de su utilidad como argamasa del nazismo. Y lo que mejor hace en estas páginas Prideaux es disolver todos esos mitos y leyendas sin contemplaciones con una narración tan adictiva como divertida que danza en torno a la relación de amor y odio del filósofo y el compositor Richard Wagner. Una de esas fabulaciones desarboladas es la de la supuesta relación erótica con su hermana menor Elisabeth Förster-Nietzsche. ¿Cómo surgió el bulo y cuáles son las razones de su longevidad?
Invitados a una falsificación
Advierte Prideaux que el librito atribuido a Nietzsche es "abominable, desde el mismo principio, con Elisabeth metiéndose en su cama y procediendo a la 'aplicación de sus pequeños y regordetes dedos', hecho que habría ocurrido por primera vez la noche de la muerte de su hermano pequeño Joseph. Dado que Elisabeth tenía dos años en aquel momento, y Nietzsche cuatro, la lógica y la razón quedan excluidas desde el principio. Pero el sentido común a menudo se ve desbordado por el sensacionalismo una vez que el escándalo se dispara". Ya antes de que pudiera refutarse con pruebas de peso y adjudicarse la falsificación a su verdadero perpetrador, el erudito Walter Kaufmann había desmontado con un exigente y hábil análisis filológico la autoría del libro. ¿Y quién era el embustero tras la cortina? Se presenta Samuel Roth.
Samuel Roth
Roth parece un personaje de ficción. Judío nacido en Ucrania en 1893 cuya familia emigró al Lower East Side Manhattan. Editor, escritor, librero y pornógrafo. Paladín de la libertad de expresión por su papel como demandante en el célebre 'Roth contra Estados Unidos' (1957) y estafador reincidente. Entre sus publicaciones, ya fueran anónimas o bajo pseudónimo, encontramos 'Lady Chatterley's Husbands' (1931), 'The Private Life of Frank Harris' (1931), 'I Was Hitler's Doctor' (1951) y 'The Violation of the Child Marilyn Monroe' por "su amigo psiquiatra" (1962). Por lo demás, Roth se especializó en reproducir fragmentos sexualmente explícitos de montones de autores sin su permiso en revistas eróticas de su propiedad. Hasta el punto de que nada menos que 167 de ellos -como Einstein, Eliot, Gide, Hamsun, Hemingway o Thomas Mann- llegaron a firmar una carta colectiva de protesta.
La invención sobre la relación incestuosa de los hermanos Nietzsche no fue más que otro de sus múltiples fraudes, aunque sin duda el que más huella dejó. Por cierto que Elizabeth no necesitaba de nada semejante para llamar la atención. Su historia real ya es tan fascinante como inquietante.
Cosas nazis
Es cierto que Friedrich y Elisabeth, 'la Llama', como él la llamaba, fueron dos hermanos amantísimos e inseparables. Vivieron intermitentemente juntos durante la mayor parte de sus vidas y ella cuidó primorosamente de él durante las numerosas crisis desencadenadas por su catastrófica salud. Tan inteligente como abandonada al papel vicario al que la sociedad de su tiempo abocaba a las mujeres, nunca quiso ser tomada por una de esas "nuevas feministas que luchaban por el derecho a llevar los pantalones y los derechos políticos de votar como borregos". Cuando finalmente se casó en 1885 lo hizo con un maestro de escuela llamado Bernhard Förster que pronto se transformó en un virulento antisemita fundador de un asentamiento ario puro junto a otras catorce familias en Paraguay bautizado como Nueva Germania que todavía existe hoy. Aquello fue un desastre y Förster se suicidó con veneno en 1889. Ese mismo año, Elisabeth Förster-Nietzsche recibía otra mala noticia: su hermano había abrazado a un caballo maltratado en la piazza Carlo Alberto de Turín en el mismo instante en que se volvía completamente loco.
Adolf Hitler en el funeral de Elisabeth Förster-Nietzsche en 1935.
Al regreso de Elisabeth al viejo continente comenzó la etapa más siniestra de aquella relación fraternal. Durante los diez años de demencia que aún vivió Friedrich la fama de sus escritos explotó y Elisabeth impuso un control férreo sobre su legado mediante el expurgo del Archivo Nietzsche que ella mismo fundó. Más adelante haría cosas peores, cosas, como diría Peter Griffin, "nazis". En los años 30 se afilió al partido nacionalsocialista alemán y puso el Archivo de su hermano al servicio del III Reich emborronando injustamente su memoria. Escribe Sue Prideaux que ella y su primo Max Oehler "llenarían el Archivo de nacionalsocialistas que redactarían la filosofía de su partido escudándose en el nombre de Nietzsche. Villa Silberblick se convirtió en la guarida de las tarántulas vengativas que Nietzsche había previsto y contra las que había advertido".
La 'profecía' quedó registrada en 'Ecce homo' y aún hoy su lectura trenza un nudo en la garganta: "Conozco mi suerte. Alguna vez irá unido mi nombre al recuerdo de algo gigantesco: de una crisis como jamás la ha habido en la tierra, de la más profunda colisión de conciencia, de una decisión tomada, mediante un conjuro, contra todo lo que hasta ese momento se había creído, exigido, santificado. Yo no soy un hombre, soy dinamita". ¿Cómo no evocar en estas palabras la chimenea del horno crematorio? Y, sin embargo, la biógrafa advierte: "Sólo en nuestra imaginación, oscurecida por la larga sombra de la mirada retrospectiva, es ése el grito de un hombre que quería desencadenar el mal sobre el mundo".
Elisabeth Förster-Nietzsche murió en 1935. A su funeral acudió a rendir respetos Adolf Hitler.
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