Cómo perfilar mis personajes protagonistas
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Son nuestros bebés. Nacen dentro de nosotros, vemos cómo se desarrollan y eventualmente cobran entidad propia. Incluso llegan a tomar decisiones que, en ocasiones, ni los propios escritores esperábamos.
Los personajes son el motor de la historia, la ventana a través de la cual el lector se asomará a nuestro universo. Robert McKee asegura que “No podemos valorar que es más importante, si la estructura a los personajes, porque la estructura es sus personajes y los personajes son la estructura”
Si nuestros personajes fallan, toda la novela se resentirá. Si por el contrario nuestros personajes enganchan al lector, toda nuestra obra se elevará. Estos son algunos consejos para mejorar nuestras criaturas.
Describamos a los personajes
Esbozar el aspecto físico de una persona puede parecer una tarea sencilla cuando estamos creando todo un mundo. Sin embargo, muchos escritores noveles tendemos a dos extremos: o bien dedicamos páginas y páginas describiendo a los personajes o bien lo despachan con palabras vacías.
Por eso, debemos explicar las características que destaquen de un personaje no aquellas que se den por sentadas. Olvidémonos del “Fulanito es una persona normal”. “Nadie se describe a sí mismo como un hombre de estatura media con ojos y pelo de color castaño.” Explican Howard Mittelmark y Sandra Newman enCómo no escribir una novela. “Estos informes policiales por lo general suelen ser acogidos por el lector más bien como si leyera: «Horacio era un hombre con dos piernas, dos brazos y con una cabeza encima del tronco»”.
Tampoco hace falta dibujar con todo detalle su vestimenta. Si explicamos que un personaje lleva un gorro amarillo fosforito, es fácil que el lector reconstruya el resto a partir de un par de detalles bien escogidos.
Elegir el momento para describir es importante y debe quedar bien integrado con la narración, especialmente si utilizas el punto de vista del personaje descrito. Por suerte, las personas pensamos mucho en nuestro aspecto. Un encuentro con un interés sexual es un buen gancho para dejar caer alguna pequeña descripción.
En general, es preferible ir apuntando pequeños detalles a lo largo de la novela que dedicar tres páginas de descripción minuciosa.
Hablemos de su motivación
Hemos dicho al principio que los personajes son el motor de las narraciones. En Cómo convertir un buen guión en un guión excelente, Linda Seger explica que la mayoría de historias son relativamente simples, y que es la influencia de los personajes lo que las complica.
“El personaje empapa la historia, le da dimensión y la mueve en nuevas direcciones: con su manera de ser, sus intenciones y su actitud, cambia el curso inicial que la historia llevaba. Es de los personajes de donde la historia recibe su fuerza”.
Si el lector no tiene claro la razón por la que nuestros personajes realizan ciertas acciones será complicado que se involucren en la historia. “La motivación empuja al personaje dentro de la historia. Actúa como el detonante, al principio de la historia, que fuerza al personaje a verse envuelto en ella”.
Revelemos su verdadera identidad
Ya hemos hablado en otras ocasiones de las diferentes realidades de un personaje que comparte Héctor Quintana en Cómo se escribe una novela: cómo aparentan ser, cómo los vemos los demás y cómo son en realidad. McKee nos da en El guión una herramienta para explotarlas: la presión.
“La presión es esencial. Las decisiones tomadas en situaciones en las que no se arriesga nada significan poco. Si un personaje elige contar la verdad cuando contar una mentira no le aportaría nada, su elección será trivial y ese momento no expresará nada. Pero si ese mismo personaje insiste en decir la verdad cuando una mentira le salvaría la vida, percibimos que la honradez anida en su naturaleza”.
La presión es lo que nos puede ayudar a desvelar el verdadero carácter del personaje. Cuanto mayor sea, mayor será la revelación sobre él. De esta manera podremos demostrar que alguien a quien creíamos buena persona es un egoísta o que ese personaje huraño tiene un corazón de oro.
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