EL QUINTO ELEMENTO
“Hacia el 600 a.C. se inicia en Grecia la ciencia y la filosofía del mundo occidental moderno; todo el conocimiento se englobaba dentro del término filosofía natural. Los filósofos griegos presocráticos se enfrentaron a las mismas preguntas eternas y esenciales. ¿De qué está hecho el Universo? Surge entonces el modelo de los cuatro elementos, basado en la lógica y la argumentación. Aristóteles y Platón reformularon, en parte, el modelo de los cuatro elementos, y Anaxágoras lo profundiza, a través de su preocupación por comprender, además, los procesos de cambio de la materia”. Cuatro elementos forman la naturaleza de las cosas según estas filosofías antiguas, que son, tierra, agua, fuego y aire según los griegos, que se desarrollan sobre una materia original no calificada o primitiva llamada, el quinto elemento.
Algunas filosofías como la china, hindú y japonesa, cambian o le agregan este supuesto quinto elemento. En el taoísmo chino descartan el aire e incluyen el metal y agregan la madera. En el hinduismo agregan el éter, y la filosofía japonesa agrega el vacío a estos cuatro elementos y los llaman 五大 (go dai), los cinco grandes. Estos elementos fueron conocidos y usados por alquimistas y ocultistas de todos los tiempos, y su simbología guardaba el secreto de su conocimiento y descubrimientos. La búsqueda de la piedra filosofal y el elixir de la vida por parte de los antiguos alquimistas como Paracelso, (Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim), conocido porque se creía que había logrado la transmutación de plomo en oro, se basaba fundamentalmente en el estudio y manipulación de los cuatro elementos griegos conocidos, más un quinto elemento que se mantuvo en el más profundo secreto, y por el cual ninguno de los otros elementos podrían existir. Hoy veremos cuál es y cómo funciona el quinto elemento que Paracelso conocía y que nunca antes fue dicho. Este quinto elemento es fundamental para la existencia misma de la vida, del universo y de la transmutación de la materia del plomo al oro de nuestro interior.
Algunas filosofías como la china, hindú y japonesa, cambian o le agregan este supuesto quinto elemento. En el taoísmo chino descartan el aire e incluyen el metal y agregan la madera. En el hinduismo agregan el éter, y la filosofía japonesa agrega el vacío a estos cuatro elementos y los llaman 五大 (go dai), los cinco grandes. Estos elementos fueron conocidos y usados por alquimistas y ocultistas de todos los tiempos, y su simbología guardaba el secreto de su conocimiento y descubrimientos. La búsqueda de la piedra filosofal y el elixir de la vida por parte de los antiguos alquimistas como Paracelso, (Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim), conocido porque se creía que había logrado la transmutación de plomo en oro, se basaba fundamentalmente en el estudio y manipulación de los cuatro elementos griegos conocidos, más un quinto elemento que se mantuvo en el más profundo secreto, y por el cual ninguno de los otros elementos podrían existir. Hoy veremos cuál es y cómo funciona el quinto elemento que Paracelso conocía y que nunca antes fue dicho. Este quinto elemento es fundamental para la existencia misma de la vida, del universo y de la transmutación de la materia del plomo al oro de nuestro interior.
En 1915 Albert Einstein postula la teoría de la relatividad general, pocos meses después en un muy breve trabajo demostró la que probablemente es la consecuencia más importante de su teoría, y publica su conocida ecuación donde dice que la energía es igual a la masa de un cuerpo por la velocidad de la luz al cuadrado (E = m x c2). Sin saberlo Einstein no sólo había demostrado su teoría, sino que también había descubierto el secreto alquímico del quinto elemento. La transmutación de la materia en energía o viceversa se llevaba a cabo por medio de una constante universal, la luz, el quinto elemento. “La primera voluntad del “Do” fue la luz, porque sin ella no habría creación, no se podría propagar la octava”. Fueron mis palabras en el artículo “Los creadores” y en ellas encerraba y adelantaba el secreto del quinto elemento. La luz, la materia original no calificada y primitiva donde se desarrollan los otros cuatro, el primer elemento creado por el “Do”. Para la física tridimensional, la luz siempre fue un misterio, tanto su composición como su propagación aún en el más absoluto vacío. Ondas, corpúsculos, fotones, fueron algunos de los intentos para explicar su naturaleza, en ella se guarda toda la gama de colores, frecuencias, energías y sonidos conocidos y no conocidos, y su comportamiento y características son tan misteriosas como sorprendentes. En 1997 se estrena la película “El quinto elemento”, protagonizada por Bruce Willis y Milla Jovovich, y como siempre Hollywood esconde una verdad dentro de una ficción. Para el neófito, el quinto elemento era el personaje de Leeloo representado por Milla Jovovich, pero en realidad el quinto elemento era la “luz” que emanaba de su interior y transmutaba toda la energía en amor hacia la humanidad y cuyo poder destruía el mal que se acercaba a la tierra para su aniquilación. El que tenga ojos que vea. Toda materia posee luz, porque de luz está hecha. Tierra, agua, fuego y aire son consecuencia de distintas densidades de luz manifestándose. Dicen que cuando una persona es dichosa o está sumamente feliz, brilla, y literalmente brilla, porque su vibración molecular aumenta, su estado material se sutiliza y su composición física se acerca al estado primogénito de luz. Usted no ve el resplandor por su limitado grado de percepción visual, entre 400 y 780 nanómetros, pero puede captar la vibración que esto produce. Su centro espiritual procesa la energía de la luz, que luego es tomada por el centro emocional y convertida en un sentimiento que el centro intelectual decodifica en una sensación comprensible para el ego. Que linda o lindo está!! tiene ese brillo interior…Cuantas veces le habrá sucedido que por un acontecimiento sumamente agradable para usted, por unos instantes todo lo de su alrededor tiene un brillo diferente, como si los colores fueran más intensos acorde a sus sentimientos, si pudiera mantener ese estado todo cambiaría, eso es transmutación de la materia, usted tiene en su interior la piedra filosofal para convertir el plomo en oro, el quinto elemento, la luz interior, el amor por el cual llegar al “ser” y liberarlo de su prisión. En la dimensión tridimensional de la realidad subjetiva, la luz es usada para modificar la realidad por aquellos que conocen como hacerlo. La luz no es lo que usted ve como luz, la luz es lo que usted no ve. Dije en “Explicando las dimensiones” que “el movimiento de un cuerpo en el espacio se percibe como tiempo, de ir desde el punto (A), al punto (B), demora una (X) cantidad de tiempo, o sea que podemos decir que el tiempo es como percibimos la dimensión directamente superior”, o dicho de otra forma, el tiempo es espacio no manifestado o ya manifestado en esta dimensión. La luz es como usted percibe el movimiento mismo del espacio sobre el Demiurgo que lo contiene. Dicen que la oscuridad es la ausencia de luz, pero en realidad la oscuridad es luz no manifestada, espacio estático, sin movimiento. Dicho de otra forma la oscuridad contiene en si misma a la luz, y la luz a la oscuridad. En cuanto el espacio se mueve la luz se manifiesta. Entonces la luz percibida es el resultado de la fricción del movimiento del espacio para ir de la dimensión (A) a la dimensión (B). Si observan el dibujo de la patente del Vórtice magnético generador de agujeros de gusano en la parte de documentos, verán que está formado por un cuadrado (los cuatro elementos), un triángulo (las tres energías) y un círculo (el quinto elemento). Si usted abre un portal de salto cuántico mediante el quinto elemento, puede desplazarse no sólo por el espacio sino por el tiempo, porque la luz es el medio de transporte adimensional por excelencia divina y el medio por donde se desplazan las octavas.
El quinto elemento, la luz, es el primer elemento de la voluntad del “Do”, oculto en su propio resplandor, responsable de la vida, y el medio por el cual se manifiesta la creación. Es tan poderosa su energía que es usada para manipular la realidad al darle un falso resplandor a las cosas materiales, personas e instituciones, hasta llegar a encandilar, y lograr que las unidades de carbono vuelen como hipnotizados insectos hacia su destrucción. Pero también tiene el poder de transmutar la materia, de convertir cualquier metal en oro, cualquier ego oscuro en “ser” luminoso, cualquier unidad de carbono en un Humano, libre, verdadero y justo con él y con el prójimo, y llevando consigo al planeta entero a una nueva dimensión, donde la luz no sea sólo el quinto elemento, sino también el primer y mas importante sentimiento que albergue en su interior, Luz, amor y paz.
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