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William S. Burroughs: El día que mató a su esposa



Imagino a Burroughs, en una habitación a media luz, que huele a pólvora. Sentado en una silla, con una pistola en la mano y observando fijamente el cadáver de su mujer. Ella yace en el piso, en medio de un charco de sangre, como si fuera un animal sacrificado.

Burroughs afirma en la introducción de Queer: “jamás habría sido escritor sin la muerte de Joan”.


En 1944, el escritor William S. Burroughs llegó a vivir a New York y se mudó con Joan Vollmer Adams a un departamento donde vivían Jack Kerouac y Edie Parker, primera esposa de Kerouac. Dando comienzo a lo que más tarde se llamaría la beat generation..

Williams y Jack hicieron buenas migas inmediatamente, Vollmer Adams por esos días, conoció a un soldado con quien se casó a los pocos meses y tuvo una hija, le dieron el nombre de Julie Adams.

Paralelamente a estos hechos, Burroughs y Kerouac tenían otras preocupaciones, la justicia los acosaba por no informar de un asesinato, que involucraba a Lucien Carr, quién mató a David Kammerer en una confrontación de amores no correspondidos. (Este incidente inspiró a Burroughs y Kerouac para colaborar en una novela titulada Y los hipopótamos se cocieron en sus tanques, terminada en 1945. Los dos autores en ciernes fueron incapaces de lograr que se publicara, pero el manuscrito fue finalmente publicado en noviembre de 2008 por Grove Press y Penguin Books en Estados Unidos.)

Eran los años de la gran guerra, Burroughs es incorporado al ejército y luego dado de baja por presión de su familia, que alegaba el joven Williams, sufría desequilibrios emocionales. Comenzó a utilizar la morfina y rápidamente cayó en la adicción. El esposo de Vollmer marcha a la guerra y ella empezó a consumir benzedrina, una anfetamina de venta libre en ese momento.

Cuando el soldado volvió de la guerra, la familia que soñaba, no era la que lo encontró. Su esposa se había convertido en una adicta y la presencia de su amigo Williams lo empeoraba todo. En tres meses la situación se hizo insostenible y se divorció de ella.

Vollmer se convirtió en la esposa de derecho de Burroughs, se mudan juntos y comienzan el espiral descendente donde William encuentra su inspiración.

Al poco tiempo Burroughs fue arrestado por falsificar recetas de estupefacientes y gracias a las influencias de su familia, fue condenado a prisión domiciliaria, a cumplir en San Luis, bajo la tutela de sus padres.

Cuando Williams partió, las anfetaminas y la soledad, llevaron a Vollmer a una psicosis temporal, lo que dio lugar a una internación. Burroughs enterado de la situación y peligrando la tenencia de la hija, completó su arresto domiciliario y volvió a Nueva York. Consiguió sacar a Vollmer de la sala de psiquiatría del Hospital Bellevue, y se mudó con ella y su hija a Texas, en busca de un poco de tranquilidad. Vollmer pronto quedó embarazada de un hijo de Burroughs. Éste, William S. Burroughs Jr., nació en 1947.

Pero los problemas siguieron en Texas, Burroughs es arrestado, después de que la policía registrara su casa y encontrara las cartas entre él y Allen Ginsberg refiriéndose a una posible entrega de marihuana. William S. Burroughs decide huir a México, escapando la posible condena; Vollmer y sus hijos lo siguieron.

Burroughs se preparó para permanecer en México por lo menos cinco años, la duración de la prescripción de su cargo. Mientras tanto, asistía a clases en el México City College, en 1950 estudió español, “escritura jeroglífica mexicana” y lengua maya con R. H. Barlow.



El 26 de septiembre de 1951, Burroughs y Vollmer se encontraban en la ciudad de México, bebían en un departamento en la planta superior del Bounty Bar, propiedad de un estadounidense. Williams jugaba con una manzana, la pasó de una mano a otra dos o tres veces.

- Escucha Joan, recuerdas a Guillermo Tell – Preguntó Burrougs.

- Claro, la leyenda suiza que inspiro Wilhelm Tell de Friedrich Schiler. Dispara con una ballesta a una manzana posada sobre la cabeza de su hijo. Solo por no reverenciar a su opresor.

- Exacto. ¿Te animas? Nunca he fallado

Joan bebió de un trago el resto de tequila que tenía en el vaso y se paró como lo hacen los jardineros cuando esperan que el pitcher dispare la bola al bateador. Williams le arrojó la manzana, ella la recepcionó con habilidad. El tomó el Colt y tiró el percutor.

Joan se colocó a unos cinco metros de Williams, con la fruta posada sobre su cabeza. Un haz de luz que se filtraba a través de la cortina, pegaba sobre ella y la volvía dorada.

- Vamos hazlo, dispara - Dijo Joan y se quedó petrificada, para que no se le cayera la manzana.

El disparo lo dejó sordo y confundido unos segundos, cuando abrió los ojos, Joan estaba allí tendida en el piso. La sangre, que fluía a chorros a la altura del cuello, fue haciendo un charco alrededor del cadáver.



Barroughs pasó 13 días en la cárcel antes de que su hermano llegara a la ciudad de México y sobornara a los abogados y funcionarios mexicanos para liberarlo bajo fianza, mientras esperaba el juicio por el asesinato, caratulado homicidio culposo.

La hija de Vollmer, Julie Adams, se fue a vivir con su abuela, y William S. Burroughs, Jr. fue a San Luis a vivir con sus abuelos. Burroughs se reportaba todos los lunes por la mañana en la cárcel de la ciudad de México, mientras que su abogado mexicano trabajaba para que fuese declarado inocente.

Según contó James Grauerholz años más tarde, dos testigos habían accedido a testificar que el arma se había disparado accidentalmente mientras la estaba revisando para ver si estaba cargada, y los expertos en balística fueron sobornados para apoyar esta historia.

Pero no todo resulto tan rápido y sencillo, el juicio se retrasó de forma continua y Burroughs en medio de los habituales viajes de Peyote o heroína, empezó a escribir lo que eventualmente se convertiría en la novela corta Marica, a la espera de su juicio.

Después de un año en la misma situación, su abogado huyó de México con destino desconocido, debido a sus propios problemas con la ley, Burroughs entonces, decidió regresar a los Estados Unidos. Fue condenado en ausencia por homicidio y sentenciado a dos años de prisión, sentencia que fue suspendida.

Después William S. Burroughs inició un viaje por América del Sur, durante varios meses buscó una droga llamada yagé, que según él, prometía la telepatía. (Un libro compuesto de cartas entre Burroughs y Ginsberg, Cartas del yagé, fue publicado en 1963 por City Lights Books) Burroughs dijo más tarde que disparar a Vollmer fue un acontecimiento crucial en su vida, y que lo llevó a escribir.

Antes de morir Vollmer, Burroughs había completado en gran medida sus dos primeras novelas en México, aunque Marica no se publicó hasta 1985. Yonqui fue escrito a instancias de Allen Ginsberg, que fue determinante para que el trabajo fuera publicado, incluso como un libro de bolsillo para el mercado masivo. Ace Books publicó la novela en 1953 bajo el seudónimo de William Lee, con el título de Junkie: Confessions of an Unredeemed Drug Addict. (Fue republicado después como Junkie o Junky).

Elaborado por Oscar Perez

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