Los Ustasha: los nazis croatas

 Los Ustasha (rebeldes en croata) fueron una organización de extrema derecha, de carácter fascista y totalitario que impuso una férrea dictadura en los territorios de la actual Croacia. Durante la II Guerra Mundial, aliados con la Italia de Mussolini y la Alemania de Hitler, impusieron un régimen de terror cuya máxima expresión estuvo en la creación de diversos campos de concentración en donde grandes masas de población fueron asesinadas.

Los Ustasha, La bandera Ustachá del NDH, 1941-1945.
Los Ustasha, La bandera Ustachá del NDH, 1941-1945.

En 1941, durante el transcurso de la guerra, los ustasha, liderados por Ante Pavlevic, serán los responsables de poner en pie el Estado Independiente de Croacia (NDH) tras la derrota del Reino de Yugoslavia frente a las tropas del eje. Croacia pasará a ser un estado totalitario dirigido con mano férrea por Pavlevic como caudillo militar.
Muy pronto se impondrá en Croacia un nuevo orden basado en el culto irracional a la nación y a su líder supremo. No obstante, el régimen de Pavlevic no pasará de ser un estado títere de las potencias del eje.

Los Ustasha, Adolf Hitler con Ante Pavelić, 1941
Los Ustasha, Adolf Hitler con Ante Pavelić, 1941

Los Ustasha, represión y exterminio

Las fuerzas represivas del estado comenzarán a perseguir a los “enemigos del pueblo”. Para los Ustasha, como en el caso nazi, judíos y gitanos constituían razas a extinguir. Pero fundamentalmente persiguieron a la minoría serbia. Hay que recordar que los serbios eran un pueblo eslavo, protegido por Rusia durante la Primera Guerra Mundial y después por la propia U.R.S.S. No conviene olvidar los motivos religiosos de esta persecución. Los serbios eran cristianos ortodoxos y los croatas católicos.
La iglesia católica apoyará a la dictadura fascista en la persecución y exterminio del pueblo serbio. Como en otros casos, consideró el régimen de Pavlevic una buena ocasión de propagar la fe católica en la península balcánica. De esta manera se llevaron a cabo campañas de bautismos masivos.

La expansión de Los Ustasha
La expansión de Los Ustasha

Pero el régimen fascista ustasha no se iba a conformar con la conversión de los serbios sino que iba a desarrollar una meticulosa campaña de persecución y exterminio contra dicho pueblo. Miles de Serbios fueron asesinados por la policía. Muchos más acabaron internados en campos de trabajo que, como el de Jasenovaç, constituyeron lugares destinados al exterminio de los opositores de la dictadura.

Los Ustasha, las víctimas del Campo de Concentración de Jasenovaç
Los Ustasha, las víctimas del Campo de Concentración de Jasenovaç

El fenómeno Ustasha llamó tanto la atención por su barbarie que los propios nazis, sus aliados, observaron horrorizados sus agresivas técnicas genocidas. En los campos de exterminio, las personas allí internadas sufrían malos tratos, trabajos forzados y lo que es peor, una muerte lenta y dolorosa. Las técnicas de ejecución empleadas en Jasenovaç presentaban rasgos medievales. Decenas de miles de seres humanos fueron ejecutados mediante decapitaciones masivas con serruchos, ante la mirada complaciente de sus verdugos. Se llegó a patentar un arma para degollar a las personas una a una llamado el srbosjec o “corta serbios”.

Los Ustasha, Srbosjek
Los Ustasha, Srbosjek

Tras el final de la guerra y los juicios de Nüremberg occidente descubrió con horror las atrocidades de los ustasha. Las masacres de serbios, judíos y gitanos, así como de personas de izquierdas, comunistas y socialistas se llevaban a cabo en público, jactándose los asesinos de sus actos. Para cometer estos horrendos crímenes utilizaban grandes mazas que hacían estallar el cráneo de sus víctimas, se degollaba a cuchillo, se ahogaba e incluso se llegaba a quemar vivas a las personas.Resultado de imagen para Los Ustasha
Uno de los aspectos más polémicos fue la participación en el mecanismo de exterminio de miembros destacados de la Iglesia Católica. En concreto, tras la guerra, el arzobispo de Zagreb, Stepinac, sería condenado por un tribunal yugoslavo por complicidad con el genocidio. Otros religiosos fueron implicados igualmente en la planificación y ejecución del genocidio.

Los Ustasha: Alojzije Stepinac con Ante Pavelic
Los Ustasha: Alojzije Stepinac con Ante Pavelic

Las cifras globales sobre el genocidio ustasha varían por la dificultad que tuvieron los investigadores para acceder a archivos y datos fidedignos. Hay que tener en cuenta que los croatas tuvieron tiempo de destruir las pruebas en previsión de una eventual derrota del eje en la guerra y algunos de los campos fueron desmantelados con anterioridad a la ocupación comunista de Croacia. Algunos autores hablan de centenares de miles de Serbios asesinados en Jasenovaç y otros campos, sin contar con los muertos en ejecuciones sumarísimas en pueblos y ciudades del país.

Estatua de Stepinac
Estatua de Stepinac

Como paradoja final, la iglesia católica acabaría elevando a Stepinac a la categoría de beato. Su cuerpo incorrupto se venera en la catedral de Zagreb. Historiadores nacionalistas croatas, como el caso del que fuera presidente del país tras su independencia, Franjo Tudjman, se apresuraron a rebajar las cifras e incluso a negar el genocidio. Todavía en algunos lugares de Croacia Pavlevic sigue siendo venerado como un héroe nacional.
No os perdáis el vídeo de la guerra en Croacia de Arturo Pérez Reverte, una manera de ver como las raíces del conflicto se hunden en horrores acaecidos 50 años antes y guardados en la conciencia colectiva balcánica.

Los nazis, horrorizados por la crueldades

Los asesinatos de los ustachas nunca tuvieron la perfección técnica e industrial de los nazis alemanes, pero sus actos de crueldad superaban en ocasiones a las atrocidades del Tercer Reich. En este sentido, los mismos monstruos nazis que estaban en Croaciaexpresaron su horror ante el terror ustacha, al que consideraban “excesivo y poco eficaz”. Así pues, el comisario nazi en Croacia, Herman Neubacher definió las bestialidades ustachas como “el crimen más feroz de la historia, que solo se puede comparar con el infierno de Dante”.
Por su parte, el general alemán Glesse von Horstenau escribió en su diario en noviembre de 1942 que los ustachas “degollaban cientos de personas en los dos lados del río Sava. Cuando degollaban en nuestra parte, nosotros difícilmente podíamos soportar los gritos de hombres, mujeres y niños. Les degollaban y les abrían el abdomen antes de tirarlos al río”.
En ocasiones, soldados italianos incluso intervinieron para salvar a una parte de la población serbia de la ciudad de Knin de la aniquilación completa.

Fin del terror

En 1945, los ustachas fueron derrotados por el Ejército Rojo, lo que supuso el fin del terror ustacha y el inicio del terror comunista de Josip Broz Tito. Ante Pavelic llegó a escapar a Argentina, donde sufrió un atentado en 1957. Dos años más tarde, el líder ustacha murió en Madrid a causa de sus heridas.