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“FARGO” – TEMPORADA 1: UNA DIGNA HEREDERA

“FARGO” – TEMPORADA 1: UNA DIGNA HEREDERA


La serie de FX plasma a la perfección la particular atmósfera que los Coen crearon en la ficción homónima de 1996.



Quizá esta crítica llega un poco tarde puesto que la serie comenzó su emisión en abril de 2014 y la tercera temporada ya está en producción, pero desde que leí por primera vez que el showrunner Noah Hawley quería realizar una serie ambientada en la genial película de los Coen “Fargo” (1996), pensé que era una mala idea, un sacrilegio. Y es que el cine de los Coen tiene siempre una atmósfera particular marca de la casa, sobre todo en sus comedias, que jamás nadie ha logrado imitar con éxito. Ni siendo ellos los que firman el guión como en el caso de “Un plan perfecto” (Michael Hoffman, 2012). Ese humor seco, fino e irónico en situaciones absurdas con claras influencias de la comedia screwball y protagonizado por personajes complejos e inusuales muchas veces al borde de la desesperación son las bases de su cine. Todo sazonado con una violencia brutal pero que genera más risas que desagrado, toda una delicia para los amantes del humor negro. Y todo esto filmado generalmente por Roger Deakins, uno de los mejores directores de fotografía en activo. Además “Fargo”, con la que los hermanos Coen ganaron el Oscar a mejor guión original, es uno de los mayores logros entre sus comedias. Por todo ello, han tenido que pasar 2 años leyendo críticas positivas para convencerme y ver finalmente la serie. Ahora me arrepiento de no haberla visto antes.

Lester Nygaard (Martin Freeman) es un agente de seguros en la apacible Bemidji, Minnesota. Es un fracasado e ingenuo que es vapuleado y ninguneado incluso por su propia familia. Tras una trifulca con un antiguo abusón de instituto, Lester acaba en la sala de espera del hospital donde conoce a Lorne Malvo (Billy Bob Thornton), un psicópata criminal al que le cuenta sus penas y decide ayudarle a base de asesinatos. La agente de policía Molly Solverson (Allison Tolman) deberá hacerse cargo de las investigaciones de los diversos asesinatos que acontecen junto al policía de control de animales Gus Grimly (Colin Hanks) mientras que el jefe de policía solo quiere dar los casos por cerrados.


Tributo a los Coen

La primera temporada de “Fargo” es un largo homenaje a la película de los hermanos Coen. Y es una sensación que se mantiene desde la primera hasta la última escena. Al igual que el filme, cada capítulo abre con las indicaciones de que la historia relatada está basado en hechos reales. Mientras que en la película los Coen emplean esta estratagema para inferir un aura de brutalidad y comicidad a la película, ahora transmite nostalgia por el filme y un punto de comicidad diferente pero igualmente efectivo. Toda una declaración de principios de este genial homenaje al filme de los Coen.

Y este es solo el principio. Hawley logra traernos una historia y unos personajes suficientemente fieles al estilo de los Coen como para que lo sintamos dentro del mismo universo y merecedor de heredar la batuta. Por otro lado, la serie tiene una identidad propia y es suficientemente autónoma como para no sentir que estamos frente a un estirado remake de la película. Un línea muy delgada y frágil por el que se pasea con soltura durante toda la temporada diferencia de casos más recientes como “Star Wars VII: EL despertar de la fuerza” (J.J. Abrams, 2015). Aunque la historia es bastante similar a la película en su primer episodio (“The Crocodile’s Dilemma”), a partir del segundo capítulo diverge. Partiendo de unos cimientos sólidos con este espectacular primer capítulo, la serie se atreve a tomar su propio rumbo. Mantiene la coherencia y fluye como natural continuación de la suculenta introducción propuesta.

Sin embargo, en los personajes arriesgan menos. Hawley usa los mismos tipos de personajes a modo de ingredientes indispensables para su receta, pero son tan disfrutables que pronto la eleción se convierte en un acierto. El personaje de Martin Freeman recuerda mucho al vendedor de coches interpretado por William H. Marcy. No obstante, gracias a las casi 10 horas de metraje de la serie, vemos una maravillosa evolución del personaje hasta convertirse en alguien completamente diferente sin perder el fondo de patetismo. El resto de personajes están menos desarrollados, dando un mayor protagonismo a Freeman pese a no contar con muchos más minutos de pantalla que sus compañeros. El papel que jugaba el padre de la mujer de H. Marcy en la obra de los Coen ahora lo juega el hermano del personaje que interpreta Freeman. La mujer policía que interpretaba Frances McDormand la vemos plasmada en Allison Tolman.

Para el papel del asesino a sueldo despiadado, Hawley fusiona la brutalidad del personaje de Peter Stormare con la labia de Steve Buscemi y salpimentada con la clase del enorme Billy Bob Thornton, convirtiéndole en lo mejor de la serie. Ver de lo que es capaz este personaje es una delicia de lo más grotesca. Cuando no podrías esperar nada peor, ahí está para demostrarnos que nos equivocamos. En este aspecto, la serie supera con creces a la original sin desmarcarse del estilo de los Coen. De hecho, recuerda mucho al Anton Chigurh interpretado por Javier Bardem en la genial “No es país para viejos” (Ethan y Joel Coen, 2007), pero con más dotes comunicativas. De todas formas, Hawley no quiere dejar pasar la oportunidad de plasmar a los personajes de Stormare y Buscemi en el filme original y, a modo de asesinos a sueldo secundarios en la trama, también aparecen caracterizados.

La serie, al igual que la película, está repleta de pequeños detalles. Unas delicatessen que son todo un disfrute prohibido para espectador y cargados con un humor negro finísimo que incrementan su gozo. Aunque la mayoría de ellas corren a cargo del personaje interpretado por Billy Bob Thornton, una conecta con la cinta de los Coen. Es muy sutil, incluso puede ser imperceptible para aquellos que no recuerdan la película al completo, pero no es necesario, de hecho no hacía ninguna falta. Pero que ese McGuffin que quedó inconcluso en la película encuentre continuidad aquí, es una muestra más de la calidad de la serie.


Empieza demasiado bien

Como se ha comentado antes, “Fargo” empieza fuerte con un primer capítulo que recuerda bastante al hilo argumental de la película que, a través de los siguientes episodios, se va desarrollando con coherencia y fuerza. Aunque empieza marcando un ritmo acelerado, pronto aminora para mantener un perfecto tempo acorde a la tensión de la trama. Durante los próximos capítulos ese ritmo contenido pero constante permite disfrutar de cada detalle sin perder un ápice de suspense para terminar con una sublime sexta entrega (“Buridan´s Ass”). Por desgracia, aún quedan 4 por delante donde el ritmo de la serie se pierde. Saltos temporales, nuevos personajes que no aportan nada, momentos lentos y vacíos innecesarios. Aunque quedan varios momentos estelares, ahora aparecen como pequeñas islas en un inmenso mar de momentos innecesarios.

Gran parte de la originalidad del fime que queda perfectamente retratada en la serie es el patetismo y absurdo de las situaciones. Eso incluye al final de su primera temporada. Al igual que ocurriese en la película, el final es más patético que épico. Por un lado rezuma originalidad y realismo, pero por otro lado carece del clímax que si tuvo el sexto capítulo. Y por ese motivo no termina de cuajar. En una película de 2 horas puede quedar bien, pero en una serie el clímax del último capítulo debería siempre sobresalir por encima del resto. Algo de lo que pecan también otras como puede ser el caso por ejemplo de “Juego de Tronos” (HBO, 2011-presente).

El showrunner Noah Hawley lo ha conseguido. Ha sabido plasmar el universo particular de los Coen en la serie como nadie lo ha logrado jamás, y eso ya es digno de admiración. Pese a tener una segunda parte un poco más floja, la primera temporada es potente, desternillante y cargada de suspense y momentos memorables. El aura de patetismo del filme original queda perfectamente plasmado. De todo lo destacable, el personaje que interpreta Billy Bob Thornton sobresale por encima del resto. Voy a extrañarlo mucho en la segunda temporada ya que en cada una viviremos historias diferentes. Aquí Hawley vuelve a arriesgar haciendo historias cerradas por año. Veremos a ver si la jugada le sale como “American Horror Story” (FX, 2011-presente) o mejor nos vamos olvidando como con “True Detective” (HBO, 2014-presente).

Elaborado por Oscar Perez

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