Eudaimonia
Eudemonía (en griego, εὐδαιμονία, eudaimonia) o plenitud de ser es una palabra griega clásica traducida comúnmente como “felicidad”. Aristóteles lo entendió como ejercicio virtuoso de lo específicamente humano, es decir, la razón. El uso popular del término se refiere a un estado de la mente y alma, relacionado con la alegría o al placer.
Según Aristóteles, el fin o bien último que persigue el hombre es la eudemonía o sea, felicidad, entendida como plenitud de ser. El problema viene dado entonces en determinar qué se entenderá por felicidad, y es aquí, que la Ética a Nicómaco hace mención a cuatro tipos de vida y su consiguiente forma de encontrar la felicidad. Según Aristóteles, el hombre cree alcanzar la felicidad con riquezas; o con honores y fama; y otros creen obtenerla por placer. Concluye diciendo que no se alcanza la felicidad mediante ninguno de los cuatro caminos mencionados, sino mediante la práctica de la virtud. 1 Y hay que vivir la vida de acuerdo a nuestra razón y búsqueda de la verdad, actuando bien, es decir, vivir en la concepción teleológica de la naturaleza humana. Eudaimonia es única para todos, las reglas se establecen sólo para usted y usted debe averiguarlo por sí mismo. 2
Analizándola desde una perspectiva clásica, eudemonía no buscaba referir un estado completamente subjetivo, sino lo que realmente valía la pena alcanzar en la vida. Sin embargo, según la psicología contemporánea, existen un grupo de experiencias subjetivas que van de la mano en la búsqueda de aquello que vale la pena, muy distintas del placer en su significado hedónico. Si bien, tales experiencias no son el objetivo final que se está buscando lograr, resultan ser un subproducto de dicha búsqueda de la virtud y excelencia, e indican que, si son experiencias positivas, una persona va teniendo éxito en poder alcanzar el fin. 3
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