'UN SER VIVO NO PUEDE REALMENTE MORIR PUES DE HACERLO MORIRÍA EL UNIVERSO'
FILOSOFÍA
Por: pijamasurf - 02/13/2020
El astrónomo Carl Sagan, quien es responsable, entre otros, de crear una visión espiritual dentro de la ciencia sin acudir al teísmo, alguna vez dijo que para crear una cosa relativamente sencilla como un pay de manzana en realidad se necesitaba, como "ingredientes", la totalidad del universo. Es decir: para que el pay de manzana pueda existir, antes necesita existir la totalidad de lo existente. Esta expresión tenía como fin crear una sensación de asombro y pertenencia cósmica, en una madeja de interdependencia.
Gottfried Leibniz, quien fue un pensador de primer orden, de un nivel muy superior a Sagan, alguna vez escribió: "Un ser vivo no puede morir a menos de que todo el universo muera también". La frase de Leibniz es más contundente e implica algo realmente asombroso, mucho más que ser "polvo de estrella", si bien es mucho más controvertida si se tienen en cuenta los postulados comunes de la ciencia moderna. Más adelante, en la misma carta, advierte a un lector insensato que, de haberle leído con cuidado, habría notado:
cómo siempre hay caracteres en la imaginación que corresponden con los más abstractos pensamientos -como se puede ver con la aritmética y el álgebra-; y habría visto también como estos espejos que él llama magia por convención, estas mónadas, representan el universo. Sólo Dios tiene la penetración para verlo todo en ellas. Pero eso no impide que todo este representado allí, y uno debe saber que en la más mínima porción de la materia, aquel que sabe todo lee la totalidad del universo en virtud de la armonía de las cosas.
Leibniz está hablando, por supuesto, de su monadología, una de las teorías filosóficas más poéticas y fantásticas jamás concebidas. Leibniz entiende que la materia no existe realmente, la teoría atómica es lógicamente insostenible, lo que existe son mónadas, sustancias mentales o unidades de percepción y apetito en las cuales se representa la totalidad del universo. Estas mónadas son ventanas a través de las cuales Dios toma una perspectiva, tanto potencial como actual y tanto conociendo lo particular –el ángulo específico de la visión de cada mónada– como la totalidad, teniendo en sí la perspectiva de la totalidad. Las mónadas son descritas como "un jardín lleno de plantas o un pantano lleno de peces. Pero cada rama de una planta, cada órgano de un animal, cada gota de sus fluidos corporales es a su vez un jardín similar o un pantano similar". Leibniz parece anticipar nociones populares de la ciencia y la espiritualidad contemporánea como los fractales y la teoría holográfica.
La visión de Leibniz es majestuosa, de una grandeza difícil de igualar. Su idealismo orgánico y matemático sería enormemente influyente en Alfred North Whitehead, si bien desde una visión orientada al proceso inmanente de la realidad: Dios no como el creador, sino como el resultado o la creación misma de esta naturaleza intrínsecamente inteligente que se expande y conoce a sí misma. Notablemente Leibniz (junto con Whitehead) está siendo y merece ser resucitado por el movimiento del panpsiquismo en la ciencia y en la filosofía que actualmente gana tracción. Lo que somos, sugiere Leibniz, es una expresión de la totalidad, una fulguración de una divinidad eterna pero incesantemente creativa, deseando, como si fuere, infinita novedad, nuevas perspectivas para experimentar su perfección trascendente.
No somos una cosa sólida y sustancial: somos una ventana a través de la cual la inteligencia divina se mira, una ventana que está siendo constantemente atravesada por la luz del infinito.
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EL CORONAVIRUS DEMUESTRA, DE MANERA DOLOROSA, QUE SOMOS UN SOLO ORGANISMO: ARVO PÄRT
ARTE
Por: pijamasurf - 04/21/2020
Arvo Pärt es indudablemente uno de los más grandes artistas de nuestra época. Es normalmente el compositor vivo que más es tocado en el mundo en las grandes salas de concierto. Pärt es creador de su propio estilo de composición conocido como Tintinnabuli, en el que combina dos voces, con una toca en arpegio la tríada tónica y con la segunda se desplaza por la escala diatónica. En sus propias palabras:
Tintinnabuli es la conexión matemáticamente exacta de una línea a otra... Tintinnabuli es la regla que convierte la melodía y el acompañamiento... en uno. Uno más uno, es uno –no es dos–. Este es el secreto de esta técnica.
En su música el compositor estonio nos coloca en otro tiempo, en el tiempo de la contemplación, y quizá incluso nos permite vislumbrar lo atemporal. A sus 84 años, enamorado del arte, de la divinidad y del silencio, Pärt es una de las grandes luces espirituales que existen en la cultura contemporánea.
En una entrevista reciente Pärt habló de la COVID-19 y dijo que esta pandemia nos muestra "a través del dolor que somos un único organismo y que la existencia humana sólo es posible en relación con otras personas. La noción de 'relación' debe ser entendida como una máxima, como la habilidad de amar. Este es el más alto estándar, quizá demasiado alto para el ser humano".
Pärt señaló que este evento nos obliga a hacer "sacrificios y reducir nuestras vidas. Es como un megaayuno para todo el mundo. Todas las culturas conocen los beneficios y el impacto del ayuno. La situación actual de autorrestricción nos concierne a todos".
Este momento de ayuno es la posibilidad de encontrar un espacio de silencio y acercarnos a aquello que es más esencial. De este proceso, señala Pärt, podrán surgir frutos, los cuales, sin embargo, sólo se revelarán con el tiempo: "En cierta forma, el coronavirus nos ha regresado al primer grado de la escuela. Sólo una vez que pasemos este examen podremos pensar en nuevas etapas. Es un proceso largo".
Pärt ve claramente un proceso de recogimiento que necesita convertirse en aprendizaje para transformar nuestra relación con los demás y con el planeta: "Claramente no hemos sabido cómo manejar nuestra libertad apropiadamente. La penalización puede ser dolorosa". Según el compositor estonio, quien sufrió el exilio en la época soviética: "La crisis actual no exentará a nadie. En un estado de emergencia todos prueban su verdadero 'valor', el cual no puede seguir ocultándose".
Sólo queda agregar que la música es una forma de salud y una manera de estar sanos es sentir la belleza del mundo a través de la cual se forma esa relación que Pärt exalta, la sensación de comunión y pertenencia. La música de Arvo Pärt es parte de esta madeja divina que hace posible percibir la unidad.
Entrevista completa en el sitio de Arvo Pärt
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