Crítica a las ideas de progreso e historia en la modernidad según Walter Benjamin
Jhoan R. Laguna P.
Rafael Á. Paredes C.
Para el presente ensayo hemos escogido a un filósofo reconocido en el campo de las ciencias sociales no sólo en Europa sino incluso en muchas partes de América: Walter Benjamin. El objetivo principal de este ensayo es realizar una interpretación hermenéutica de sus tesis sobre el concepto de historia, ya que partimos de la hipótesis —esto es una interpretación nuestra— de que en ellas el autor hace una crítica a las ideas del progreso y la historia en la modernidad. Asimismo, deseamos saber si ambas ideas como las estableció Benjamin se han dado en la actualidad o no. A manera informativa, se realizará una breve reseña de su biografía, del contexto dentro del cual vivió, sus influencias teóricas y las circunstancias dentro de las cuales escribió sus tesis.
Este filósofo nació en Berlín, Alemania, el 15 de julio de 1892. Autores como Michael Löwy lo consideran un “marxista romántico”, ya que reúne por un lado la crítica a la civilización capitalista moderna y en general a todo el universo burgués desde los postulados de Marx, y por el otro la rememoración nostálgica de ciertos valores del pasado; no obstante “no es un retorno al pasado sino un desvío por éste hacia un porvenir utópico”[i]. Varios autores influenciaron a Benjamin y su pensamiento de izquierda: principalmente el pensamiento de Karl Marx y en menor medida el de Georg Wilhelm Hegel; el libro Historia y conciencia de clase de Gÿorgy Lukács, en el que se unen la teoría y la praxis agradó mucho a Benjamin[ii], la literatura de Charles Baudelaire y Marcel Proust, el marxismo de Ernst Bloch; también se empapó del mesianismo y el misticismo judíos (pero empleándolos dentro de la llamada “teología negativa”) y del utopismo occidental.
En 1924 conoció a la directora de teatro Asja Lacis, quien lo inició en el comunismo, el cual junto al marxismo pasa a formar parte del núcleo central de sus concepciones de la historia. Benjamin visitó la URSS entre el 6 de diciembre de 1926 y el 1 de febrero de 1927; entre sus propósitos estaba decidir si debía unirse o no al Partido Comunista Alemán (KPD) y observar por sí mismo la situación rusa. En su Diario de Moscú bosqueja, entre otros temas, su experiencia en esa ciudad y algunas opiniones sobre las políticas gubernamentales de la Unión Soviética: “se da a la juventud una educación ‘revolucionaria’. Lo cual significa que lo revolucionario no les llega como experiencia, sino en forma de consignas (…).[iii]
Benjamin fue un escritor muy sui generis; creador de un todo donde la teología, el arte, la historia, la política, la cultura y literatura se hacen inseparables y hacen de él un autor “inclasificable” —al menos dentro de las grandes tendencias de la filosofía contemporánea—[iv]. Para entrar en la materia que nos ocupa en este ensayo, hablaremos un poco de sus tesis sobre el concepto de historia, escritas entre fines de 1939 y comienzos de 1940.Después de que París —ciudad donde vivía— fuera tomada por los nazis, el filósofo tuvo que huir de allí debido a la persecución nacional-socialista contra los judíos. Recién comenzaba la Segunda Guerra Mundial y las perspectivas eran cada vez peores a medida que pasaba el tiempo; además Benjamin cumplía con todas las condiciones para ser perseguido: ser judío y marxista. Careciendo de permiso para dejar Francia, atravesó los Pirineos acompañado por un grupo y llegó a Port Bou, España. Las fronteras habían sido cerradas y no se les permitió el paso. Ante la posibilidad de ser deportado de nuevo a Francia y sufrir un destino horrible en manos de los nazis, Benjamin se suicida el 27 de septiembre de 1940[v] dejando inconclusas sus tesis. Estas fueron publicadas por primera vez en Los Ángeles por Theodor Adorno bajo el título de “Sobre el concepto de historia”, dos años después de la muerte de su autor. Según las palabras de Bolívar Echeverría,
Es el escrito de un hombre que huye, de un judío perseguido. Se trata de reflexiones que, en 1940, cuando las circunstancias en torno a la guerra le impelen a escribirlas, llevan a su autor a percatarse de que “las había tenido en resguardo consigo mismo, a salvo incluso de él mismo, durante unos veinte años”.[vi]
De todas las categorías que expone Benjamin en sus tesis, hemos escogido las de progreso e historia porque el progreso moderno ha pretendido asentarse sobre una promesa de constante mejoramiento de la vida humana en todo sentido; desde el aspecto técnico pasando por lo económico, lo social e incluso lo espiritual. Sin embargo, ésta ha sido una promesa incumplida de la modernidad, pues el supuesto “progreso” se ha basado en la barbarie y la violencia. En este sentido Benjamin expone que en la lucha histórica de clases se ha hecho notable esa violencia; una clase dominante ha logrado explotar a otra, la cual ha quedado oculta e invisibilizada en la marcha histórica precisamente por sostener la idea del progreso.
En el texto principalmente se habla de la expectativa de futuro que los seres humanos tenemos respecto a nuestro pasado; contamos con la eterna esperanza de que el futuro será mejor que el presente y el pretérito vividos. Podría decirse que Benjamin toma el pasado como un tiempo lleno de cosas que se hicieron mal, que hacen pensar sobre qué hubiera ocurrido si se hubiesen hecho de forma distinta, si se hubieran logrado ciertos objetivos que por una u otra causa no se pudieron alcanzar. De igual forma plantea en su análisis sobre la historia en general la redención del futuro respecto a su pasado, que a grandes rasgos puede resumirse en la proposición de que “el futuro puede ser mejor”. Según el autor, en vista de que la historia tiene una representación del pasado llena de problemas y calamidades, a las nuevas generaciones –que también están haciendo historia– se les ha impuesto el deber sobre sus hombros de corregir los errores pasados. “Entonces hemos sido esperados en la tierra”[vii].
Además de ello, el filósofo deja vislumbrar un deseo de re-descubrir aquellos detalles de la historia que no pudieron ser revelados, o fueron deliberadamente ocultos y que deben salir a la luz para conocer entonces la nueva historia; una historia completa –no escrita solo por los vencedores en el conflicto– que permitirá entonces juzgarla con un nuevo punto de vista. Por ello, el autor habla de “una débil fuerza mesiánica”[viii], como la expectativa puesta en las nuevas generaciones de redimir a la humanidad, para expurgarla finalmente de las culpas que obtuvo en el pasado y dar paso a algo mejor. De igual forma, Benjamin nos habla de cómo los cronistas narran la historia; esta muchas veces llega a nosotros como un período lleno de hechos heroicos, de luchas y victorias grandiosas y extraordinarias. También se refiere a cómo “… sólo a la humanidad redimida le concierne enteramente su pasado.”[ix]. Esto permitiría inferir entonces, que sólo cuando la humanidad alcance su redención y descubra nuevamente su historia con todos sus bemoles y detalles podrá preocuparse por sus orígenes, emergerá entonces el nuevo y constante cuestionamiento de la “nueva historia”, juzgándola entonces como si fuera, últimamente, el día del Juicio Final.
Otro aspecto del análisis filosófico de la historia en Benjamin está en que esta no contendría sólo los hechos épicos ni una mera recordación de fechas; debajo de eso hay una dimensión espiritual —no desde lo teológico, sino en cuanto a las manifestaciones del alma— donde se halla lo humano, lo no descubierto o lo deliberadamente oculto. Según palabras de Benjamin; tal como las flores vuelven su corola hacia el sol, así, en virtud de un heliotropismo […] de secreta especie, en el invernadero del historicismo tiende […] a volverse lo sido hacia el sol que empieza a despuntar en el cielo de la historia.[x].
En cuanto a la historia en sí, a medida que pasa el tiempo esos detalles no recogidos en el momento pasan a ser olvidados y está la latente y permanente amenaza de que no puedan ya ser redescubiertos; por lo poco que se los han mencionado, por la posible pérdida de los registros y documentos que puedan existir sobre ellos, etc.
El filósofo alemán estaría proponiendo como se ha dicho antes un redescubrimiento de la historia; esa historia que ha quedado oculta en la oscuridad –cual flor de invernadero– y que poco a poco va descubriendo los rayos de sol que le permitirán renacer de nuevo. Además destaca el peligro de que con el ocultamiento de la historia la clase dominante se sirva de usarla para sus propósitos e intereses propios, manipulándola a su antojo para controlar a la clase dominada. Por ello, la nueva generación “mesiánica” tiene el deber de redimir su historia, rebatiendo la visión clásica historicista que ha ocultado detalles importantes que de salir a la luz lograrían ponerla en jaque, equiparando ese debate con la lucha entre el mesías y el anticristo.
Para iniciar nuestro análisis del progreso, tomaremos una categoría que Benjamin emplea en su análisis histórico particular: el “estado de excepción”. Teniendo en cuenta que este es un estado provisorio –o al menos se supone como tal– que suspende los basamentos jurídicos en nombre de la soberanía del Estado quedando supeditada a la voluntad de éste la decisión de mantener los derechos establecidos, o de ser necesario imponer un uso presuntamente justificado de la violencia y así combatir una amenaza importante a la seguridad de dicho país, podríamos decir en una aproximación que según el autor en la lucha de clases la clase dominante ha violado de manera flagrante cualquier derecho mínimamente ligado a la moral (también los derechos jurídicos) para conseguir ser la clase vencedora; ha ganado esa lucha en mala lid, pues se sustenta en la barbarie para imponer un orden social, económico y cultural determinado así como una visión de la historia específica que le favorece como la vencedora incuestionable sin que se le permita a los derrotados contar su verdad al ser constantemente aplastados por ella, creando un “estado de excepción” que se ha convertido en la regla.
Hay una contradicción entre el progreso como promesa y el progreso como realidad. Puesto que el progreso ha sido parte del discurso de la modernidad (aunque nunca se ha cumplido pues ha sido para una clase, no para todos por igual), según nuestro criterio el autor habla del fracaso del progreso como norma histórica. Por ello manifestaba que los adversarios del fascismo (principalmente los políticos de la democracia liberal burguesa) no podían derrotarlo, pues se sustentaban en una promesa vacía. Benjamin en su novena tesis hace una metáfora refiriéndose al ángel del cuadro Angelus Novus de Paul Klee. La metáfora quiere decir, según la interpretación nuestra, que el poder supremo representado por la clase dominante, “arrastra” de tal manera a la imagen verdadera de la historia que la posterga, quedando ésta relegada hasta que llegue el “futuro” –la generación mesiánica del presente–. No obstante, nunca deja de mirar al pasado y observa con asombro cómo las luchas de las clases oprimidas que terminan en derrotas son cada vez más y más, acumulándose ante él como un montón de ruinas y siendo arrojadas a sus pies como queriendo dejarle en claro a ese ángel que siempre será el derrotado y que como tal deberá quedarse. Es tan fuerte el avance del “progreso” que logra desplazar al ángel, aunque no puede terminar de eliminarlo; por ello este último no puede aún ni siquiera “despertar a los muertos y volver a juntar lo destrozado”.[xi]
En su tesis XIII Benjamin describe cómo los socialdemócratas concebían el progreso, claramente alejados de la realidad. Tres características le atribuye Benjamin al progreso concebido por los socialdemócratas: a) Un progreso que además de los conocimientos y destrezas también debía alimentar las virtudes y espiritualidad que constituyen la humanidad; b) Ese constante nutrir de la humanidad era interminable y debía corresponder a la perfectibilidad del ser humano y c) El progreso en general, cual línea recta o espiral, no tenía culminación alguna. Sin embargo Benjamin cuestiona los tres predicados y comenta que hay algo que les es común a todos, por cuanto no se puede separar “la representación de un progreso del género humano en la historia” de la “representación de su marcha recorriendo un tiempo homogéneo y vacío”[xii]. Sin embargo no explica en esa tesis qué es lo común a todos, no obstante creemos que se puede inferir: la concepción original del progreso como perpetuo bienestar y mejoramiento de la vida de todos los seres humanos, no sólo en su humanidad sino en lo político, social y económico, fue una concepción que no se llevó a cabo. Es una promesa incumplida de la modernidad.
El progreso más bien se ha sustentado en la barbarie para darse por hecho, al contrario de la promesa original. De ahí que Benjamin diga que la representación original de progreso como promesa y lo que en realidad fue, son dos cosas inseparables. Por ello los tres predicados son susceptibles de crítica y por ello Benjamin apela a la crítica del progreso no sólo en la modernidad ni en su propio tiempo, sino a la crítica de la idea de progreso en absoluto. Benjamin expresa en las últimas tesis de su texto que el “tiempo-ahora (…) como modelo del [tiempo] mesiánico”[xiii] en la historia ha tomado muy poco tiempo y por ende es sumamente poco lo que se ha descubierto de las luchas de los oprimidos. Debido a eso, Walter Benjamin hace una analogía relacionando al desarrollo del homo-sapiens y de la humanidad civilizada respecto al desarrollo en general de la humanidad, así como la existencia de la Tierra respecto al universo. Benjamin también insta al historiador a que tome conciencia del peligro que tiene el no preocuparse por la historia en su conjunto, de cómo se puede perder una representación más colmada y fiel del pasado a causa del conformismo y de la aceptación mecánica de los conocimientos sobre historia que se imparten. Bien añade el autor: “Articular históricamente el pasado no significa conocerlo ‘como verdaderamente ha sido’”[xiv], pues esto es prácticamente imposible, lo preferible sería reconstruir lo más posible el hecho histórico para reconsiderarlo y rejuzgarlo.
Finalmente, para Benjamin sus textos debían ser contribuciones a la reflexión, la discusión y para el aprendizaje de los oprimidos que estuviesen comprometidos con la transformación de la sociedad. Este aspecto político de la obra de Benjamin tiene vigencia en la actualidad, en un mundo donde se ve cómo el capitalismo se ha expandido y tecnificado en grados cada vez mayores, además las clases dominantes (gobiernos y grupos económicos poderosos) siguen invisibilizando a los oprimidos.
Por esas y otras razones, el “gran rechazo” de Benjamin hacia las filosofías del progreso (…) constituye uno de los puntos de partida posibles para la reconstitución de una crítica marxista del ímpetu destructivo del capitalismo, que hoy comienza a amenazar las propias condiciones de la vida humana en la Tierra. Elaborados en un cuadro histórico determinado, muchos aspectos de la obra de Benjamin poseen, hoy en día, una actualidad aún más dramática. Su énfasis sobre la “constelación de peligros” del progreso y sobre la revolución como interrupción de la historia de la dominación, parece todavía más actual en un momento en que la catástrofe amenaza con instalarse en forma definitiva. (…) [S]u apuesta por la praxis política subalterna permite comprobar que, en la historia real, el vencido no está forzosamente errado, y el vencedor no tiene necesariamente la razón.[xv]
Ya finalizada esta reflexión, debido a la amplia riqueza del tema, más que dar culminación o alguna conclusión en este escrito, quisiéramos dejar interrogantes que nos han surgido durante su desarrollo y que pudieran dar pie a otras reflexiones sobre el mismo tema:¿Qué pensaría Benjamin si hubiese presenciado el desarrollo y posterior colapso de la Unión Soviética?¿En qué hubiesen cambiado las perspectivas de Benjamin y sus críticas a la modernidad?¿Benjamin se hubiera podido imaginar algo como una “postmodernidad”? ¿Qué pensaría Benjamin del capitalismo en la actualidad y del grado en el que se ha desarrollado en comparación con el capitalismo de su época?
[i] Michael Löwy, “Romanticismo, mesianismo y marxismo en la filosofía de la historia de Walter Benjamin”, Walter Benjamin: aviso de incendio. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2003, p.18. Excavar y memoria[https://excavarymemoria.wordpress.com/], <https://excavarymemoria.files.wordpress.com/2012/03/lowy-aviso-de-incendio1.pdf> (Consultado el 12/04/2016).
[ii] Michel Löwy, “El marxismo romántico de Walter Benjamin”. Marx desde cero [https://kmarx.wordpress.com], <https://kmarx.wordpress.com/2014/07/24/el-marxismo-romantico-de-walter-benjamin/> (Consultado el 17/04/2016).
[iii] Walter Benjamin, “30 de diciembre”, Diario de Moscú. Buenos Aires, Editorial Taurus, 1990, p. 69.
[iv] Michael Löwy, 2003, pp.12-13.
[v] Matías Bauso, “XXXVI. Cansancio en Port Bou”, Una épica de los últimos instantes: tratado de adioses, epitafios, estertores, suspiros, gestos postreros y palabras finales. Penguin Random House Grupo Editorial Argentina, 2012. Google Books [https://books.google.co.ve/],
[vi] Walter Benjamin, “Tesis sobre la historia y otros fragmentos”. Página web de Bolívar Echeverría[http://www.bolivare.unam.mx/],<http://www.bolivare.unam.mx/traducciones/Sobre%20el%20concepto%20de%20historia.pdf> (Consultado el 16 /04/2016).
[vii] Walter Benjamin, “Sobre el concepto de historia”, La dialéctica en suspenso. Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2009, p.40.
[viii] Ibídem.
[ix] Ibídem.
[x] Ibídem, p.41. Nos hemos tomado la libertad de extraer un pedazo del pie de página N° 8 de este texto para completar la idea y hacerla un poco más comprensible.
[xi] Ibídem, p.44.
[xii] Ibídem, p.48.
[xiii] Ibídem, p.52.
[xiv] Ibídem, p.41.
[xv] Fabio Mascaro Querido, “Revolución y (crítica del) progreso: la actualidad ecosocialista de Walter Benjamin”. Herramienta debate y crítica marxista [http://www.herramienta.com.ar/], <http://www.herramienta.com.ar/revista-herramienta-n-43/revolucion-y-critica-del-progreso-la-actualidad-ecosocialista-de-walter-ben>
BIBLIOGRAFÍA
- BAUSO, Matías, “XXXVI. Cansancio en Port Bou”, Una épica de los últimos instantes: tratado de adioses, epitafios, estertores, suspiros, gestos postreros y palabras finales. Penguin Random House Grupo Editorial Argentina, 2012. Google Books [https://books.google.co.ve/], https://books.google.co.ve/books?id=HK_Ta-djikkC&pg=PT219&lpg=PT219&dq=walter+benjamin+persecuci%C3%B3n+stalin&source=bl&ots=TpTdeHT6IR&sig=Uvve5Z9MQ_iEzNRKX80IDT7GmOY&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjQn6j4-tfLAhXDSiYKHXu8DgYQ6AEIIDAB#v=onepage&q&f=false (Consultado el 12/04/2016).
- BENJAMIN, Walter, “9 de enero”, Diario de Moscú. Buenos Aires, Editorial Taurus, 1990, pp. 94-95.
- BENJAMIN, Walter, “Sobre el concepto de historia”, La dialéctica en suspenso. Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2009, pp.39-52.
- BENJAMIN, Walter. “Tesis sobre la historia y otros fragmentos”. Página web de Bolívar Echeverría[http://www.bolivare.unam.mx/], <http://www.bolivare.unam.mx/traducciones/Sobre%20el%20concepto%20de%20historia.pdf> (Consultado el 16 /04/2016)
- LÖWY, Michel, “El marxismo romántico de Walter Benjamin”. Marx desde cero [https://kmarx.wordpress.com], <https://kmarx.wordpress.com/2014/07/24/el-marxismo-romantico-de-walter-benjamin/> (Consultado el 17/04/2016)
- LÖWY, Michael, “Romanticismo, mesianismo y marxismo en la filosofía de la historia de Walter Benjamin”, Walter Benjamin: aviso de incendio. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2003, pp.11-36. Excavar y memoria [https://excavarymemoria.wordpress.com/], <https://excavarymemoria.files.wordpress.com/2012/03/lowy-aviso-de-incendio1.pdf>(Consultado el 12/04/2016).
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