La historia de Palamedes

“Los poetas, impresionados por los poemas de Homero, se fijaron sólo en Aquiles y Ulises, descuidando a otros guerreros importantísimos: de algunos no dicen nada en absoluto, y a otros les han dedicado una nimiedad, cuatro versos” [Filóstrato, Heroico, 14]
Uno de los mitos más atractivos que me pude encontrar investigando por la inmensidad de la mitología griega fue la historia de Palamedes. Su vida está íntimamente relacionada con la guerra de Troya y de forma indirecta, con el regreso a casa de los héroes que allí lucharon. A pesar de la imagen por la cual acostumbramos a reconocer a los héroes épicos, que es demostrando su grandeza a través de grandes proezas, éste se muestra como un guerrero hábil que no busca la gloria del combate sino ayudar a los demás y alcanzar la sabiduría. Finalmente conoce la muerte por culpa de una mentira y la traición de sus propios compañeros. El resumen que se presentará a continuación está basado en las Fabulas de Higinio.
Hemos decidido manejar la versión de este autor porque es el que nos cuenta de forma más extensa y detallada la vida de Palamedes. La primera noticia que sabemos sobre dicho héroe nos llega en La vida de Ulises, cuando a éste se le vaticina que si acudía a Troya, regresaría a casa tras 20 años, sólo y como un mendigo. De este modo, simulando locura intentó engañar a los legados que iban a buscarlo pero cuando Palamedes lo vio se dio cuenta de que estaba fingiendo y consiguió desenmascararlo. Desde este momento Ulises le guardó rencor, y maquinaba como matarlo. Cuando encontró la manera de hacerlo, convenció a Agamenón de que debían levantar el campamento griego pues lo había visto en sueños. Fue así como Ulises escondió oro donde había estado la tienda de Palamedes y escribió una carta a un soldado frigio para que se la llevara a Príamo, asimismo anteriormente envió a un soldado suyo para matar al prisionero. Al día siguiente, un soldado encontró la carta que decía ser de Príamo a Palamedes prometiéndole la cantidad de oro que Ulises escondió en su tienda. Tras ser engañado, Palamedes fue condenado a morir. Aunque este fue el fin de nuestro héroe, su padre Nauplio fue el encargado de vengar a su hijo.

En cuanto a la historia de su asesinato podemos conocerla a través de múltiples fuentes. Este héroe épico, hijo de Nauplio y de Clímene[1] cuyos hermanos fueron Éax y Nausimedonte, aparece por primera vez en el ciclo épico en el poema Cantos Ciprios[2] y se nos dice que Ulises y Diomedes lo ahogaron mientras estaba pescando.
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Filóstrato nos cuenta que fue lapidado después de que Ulises decidiera conspirar contra él con un plan en el que Agamenón fue cómplice. La artimaña consistió en sobornar al esclavo frigio de Palamedes para que escondiera oro bajo el lecho de su amo, luego separándolo de Aquiles le hicieron acudir al campamento griego donde fue acusado de traición y los demás griegos lo lapidaron. (Este autor matiza que sólo lo hicieron los griegos de lacedemonia y de Ítaca, patrias de Agamenón y de Ulises). Esto lo conocemos en la obra Heroico, pero en ella se nos cuentan también numerosos datos sobre quién era Palamedes y su importancia entre los griegos. Así pues el héroe se nos presenta en boca de un viñador:
“tenía la apariencia de un héroe, por su estatura, belleza y gallardía, y no aparentaba más de treinta años”;“en mi opinión has sido el hombre más inteligente y justo, campeón en todo lo que se refiere a la sabiduría, y porque has sufrido, a manos de los aqueos, una muerte digna de compasión, por las tretas que contra ti maquinó Ulises; si éste tuviera aquí su tumba, ya hace tiempo que la hubiera saqueado”.
Esta afirmación es muy interesante pues el autor nos deja entrever algo que después manifestará con contundencia: dice que el problema de Homero fue ocultar la verdad sobre Ulises y por culpa de esto todo el relato resulta viciado, es decir, le recrimina que escogiese como modelo de inteligencia y astucia a Ulises en lugar de a Palamedes. A lo largo de la obra se esfuerza por presentar el contrapunto entre ambos personajes, siempre dejando como el malo de la historia a un Ulises envidioso que desea deshacerse de su rival. Mientras uno utiliza la astucia para engañar y mentir, el otro para descubrir las mentiras.
En cuanto a la relación con Aquiles los presenta íntimamente unidos, nos pone ejemplos de distintas hazañas que completaron juntos e incluso afirma que la cólera de Aquiles con los griegos se debe a que quería vengar a su amigo, y no por causa de Briseida. También con Áyax tuvo buena relación hasta el punto que, tras ser asesinado, aunque Agamenón prohibió enterrarlo y honrarlo con el rito de inhumación sobre pena de muerte para quien levantara el cadáver.
“Áyax se dejó caer sobre el cadáver y vertió abundantes lágrimas; acto seguido, cogiendo en sus brazos el cuerpo, se abrió camino entre la multitud, con la espada en ristre y dispuesta a herir; enterró de la mejor manera posible al repudiado y dejó de asistir a las reuniones de los griegos”.

Hemos mencionado anteriormente la influencia de Palamedes en la vuelta a casa de los héroes de Troya, y aunque no fue él directamente, pues se hallaba muerto, la venganza se produjo en manos de su padre Nauplio. Cuando se enteró de la muerte de su hijo se dedicó a inducir a las esposas que practicaran el adulterio (por ejemplo Clitemnestra con Egisto). Después, en el cabo Cafareo, al sur de Eubea, encendió unos fuegos y hacia esas rocas se dirigieron los barcos griegos estrellándose contra ellas tras pensar que eran un puerto[3]. Respecto a Filóstrato, vuelve a cargar contra Homero diciendo que Poseidón jamás se hubiera encolerizado tanto por causa de Polifemo, sino que en realidad quería vengar a su nieto Palamedes. Finalmente lo consiguió haciéndole morir en Ítaca alcanzándole con una lanza con punta “marina”[4].
Los trágicos Eurípides, Sófocles y Esquilo lo mencionan en sus tragedias, también fue utilizado como instrumento por los discursos declamatorios de los filósofos: Platón en la Apología dice que Sócrates se vanagloria de poder encontrarse en el Hades junto a Áyax y Palamedes, también Gorgias escribió sobre la defensa de Palamedes que tendría gran influencia posterior. Su historia nos llega a través de Luciano de Samósata, Higinio o Apolodoro entre otros. Respecto a estos 3 últimos podemos apreciar que la versión sobre su muerte es relativamente la misma que nos llega por parte de Filóstrato, pudiendo afirmar que fue esta la que “permaneció” para la historia.
Conclusión
Abrimos este trabajo con las palabras de Filóstrato recriminando a los poetas olvidarse de otros grandes héroes épicos, y como consecuencia de ello a muchos de nosotros tampoco nos llegaron tales aventuras. Como continuador del objetivo de Filóstrato me gustaría traer las historias de estos nombres poco mencionados y que sin embargo ya en la literatura antigua jugaron un papel importantísimo.
NOTAS:
[1] Apolodoro nos cuenta que según los trágicos estuvo casado con Clímene, aunque menciona la versión de otros autores que lo relacionan con Fílira o con Hesíone. Pág: 90
[2] Según la Crestomatía de Procolo
[3] Posteriormente recibirá el nombre de Xilófago, “comedor de madera” por las naves que naufragaron allí.
[4] Esta versión de la muerte de Ulises se encuentra en Claudio Eliano, Naturaleza de los animales; también en Opiano, Cinegético o el resumen de Proclo sobre los regresos de Troya.
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