(En el nacimiento de la tragedia) Nietzsche ARTE TRÁGICO:
El Nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música significa en primer lugar un homenaje a Richard Wagner: el drama musical de este compositor es una correspondencia clara con la tragedia antigua. Más tarde Nietzsche considerará esta obra con gran dureza ya que le parecía estropeada por su aplicación al wagnerismo, por la mezcla de su concepto de los griegos con el fenómeno Wagner.
La posterior correción de Nietzsche a su primera obra señalará que el tema fundamental queda ensombrecido por su proposito de homenaje, por el nimbo que pone en torno a la opera de Wagner.
Al margen de Wagner, Nietzsche había llegado a la conclusión, en esta época de Basilea, que el arte y la poesía trágica eran las llaves que nos permitían descubrir la esencia del mundo. El arte se convierte en el organon de la filosofía.
Detrás de él puede ser que nos encontremos con el concepto, pero de ningún modo este debe ser el punto de partida. Y si lo es, unicamente debe aplicarse para re-pensar lo que a través del arte se experimenta de modo creador. Por ello, Nietzsche afirma que el Nacimiento de la tragedia es una metafísica de artistas, en el sentido de que el arte es el centro; en él y desde él es como puede descifrarse el mundo.Solamente con corazón artístico se puede penetrar en el corazón del mundo.
Ahora bien, el arte del que habla Nietzsche es un arte trágico. Por ello, afirma que es la tragedia antigua quien mejor nos describe esa profunda mirada a la esencial del mundo. ¿Y cómo veía el mundo el hombre trágico de la antigüedad? Pues como un antagonismo de contrarios primordiales entre lo finito y lo infinito.
En este contexto, pensaba Nietzsche, el cristianismo había venido a trastocar esta concepción. En un mundo trágico no existe redención, es decir, salvación del ente finito. En él rige unicamente la ley inexorable de la decadencia de todo aquello que desde el fundamento del ser ha salido a una existencia particular y desgajada de la vida fluyente del todo.
Según Nietzsche, en la visión trágica del mundo, vida y muerte, nacimiento y decadencia de lo finito se encuentran entrelazados. Ahora bien, el pathos trágico no es un pesimismo huero -al modo de Schopenhauer- sobre lo trágico de la existencia sino una afirmación de ésta,un asentimiento jubiloso incluso a lo terrible y lo horrible, a la muerte y a la ruina.
Pero la interpretaríamos erroneamente si la confundiéramos con una actitud de tipo heroica, como una valentía casi temeraria. La afirmación trágica, incluso de la desaparición de la propia existencia, tiene sus raices hundidas en el conocimiento fundamental de que todas las figuras finitas son sólo olas momentáneas en la gran marea de la vida.
El hundimiento de lo finito no significa la aniquilación total, sino la vuelta al fondo de la vida de donde surge todo lo individualizado.
El pathos trágico se fundamenta en el saber de que todo es uno. Vida y muerte se encuentran profundamente hermanadas en un movimiento rotatorio misterioso; cuando una sube, la otra tiene que bajar; unas figuras se forman al romperse otras, cuando algo sale a la luz, otra tiene que hundirse en la noche. Pero la luz y la noche, la figura y la sombra, etc son sólo aspectos de una y la misma ola de la vida. El camino arriba y abajo es uno y el mismo, había dicho Heráclito exponiendo este tipo de sentir trágico. En la tragedia de los griegos, Nietzsche, cree descubrir la antítesis entreperas (lo finito) y apeiron (infinito), es decir, entre ser finito destinado a la aniquilación que se hunde en el fondo de lo infinito que hace surgir de nuevo otras figuras. Pues bien, a este vaivén entre lo finito y lo infinito lo denomina Nietzsche como la contraposición entre lo apolineo y lo dionisíaco.
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