Nietzsche, el mayor sofista contemporáneo.
Definir a Frederich Nietzsche como el mayor exponente del pensamiento sofista en la época moderna no sería descabellado, creemos que incluso se acercaría mucho a la verdad. Otros autores son reconocidos como sofistas, o muy influidos por ellos, podemos citar a Hume, al famoso Immanuel Kant, considerado por muchos el filósofo más influyente de la era moderna, o a nuestro compatriota Fernando Savater, pero la máxima representación sofista de los últimos 200 años viene de la mano de Frederich Nietzsche, por ello vamos a ilustrarnos sobre el genial y escéptico pensador alemán.
Os dejo la biografía de Niestzsche, el escéptico por excelencia.
Espero que la disfrutéis:
Frederich Nietzsche
Nació en Röcken (Alemania) en 1844 y murió en Weimar en 1900. Vivió principalmente en Sils-Maria y en Niza. Estudió en Bonn y Leipzig. Descubrió a Shopenhauer a través de la obra fundamental de éste, El Mundo como Voluntad y Representación. Fue amigo de Wagner, con la influencia Wagneriana comienza a redactar el Origen de la Tragedia. Fue profesor de Filología Clásica en la Universidad de Basilea hasta que en 1889 sufre un colapso mental y es recluido en una clínica psiquiátrica en Jena, la enfermedad que le aqueja es la esquizofrenia.
A la edad de los trece años, atormentado con el problema del mal y de la muerte, escribió su primera autobiografía. Sus dudas le inspirarían en 1861 su primer poema titulado: “Al Dios Desconocido”
Sus obras más importantes son :
“Más allá del bien y del mal”, “El nacimiento de la tragedia en el origen de la música”, “El corpúsculo de los ídolos”, “El Origen de la Tragedia”, “Ecce Homo”, “La gaya ciencia”, “Humano, demasiado humano”, “Así habló Zaratustra”, “La genealogía de la moral”, “El Anticristo”.
La originalidad de Nietzsche se evidencia en su carácter inclasificable. Educado en la rígida escuela post romántica, que retoma la imposibilidad del conocer, no por ello carece la obra de Nietzsche de unidad filosófica, la cual, de echo brilla por su expresión. El aforismo es la forma en que se plasma su pensar instantáneo.
Cuando Nietzsche ataca el idealismo no se dirige a una escuela filosófica en particular sino a la categoría misma de ideal. Él es el máximo exponente del nihilismo: nada tiene valor, nada es conocido. El Nihilismo del genial filósofo es más una posición teórica sofística que filosófica. El pensamiento de Nietzsche es un pensamiento negativo”.
Su pensamiento está enteramente expresado en los principios de su nueva valoración, que comprende la subordinación del conocimiento a la necesidad vital e inclusive biológica, la formación de una lógica para la vida, el establecimiento de un criterio de verdad según la elevación del sentimiento de dominio, la negación de lo universal y necesario y, finalmente, la lucha contra todo lo metafísico y lo absoluto.
La filosofía de Nietzsche es, en buena parte, una destrucción de los supuestos básicos de la filosofía tradicional, destrucción que se concibe como el acto impío de supresión de los presupuestos teológicos encubiertos de la tradición. “La ilusión del conocimiento absoluto es uno de los supuestos: no hay conocimiento más que en los límites de la especie humana y validez para ésta, exclusivamente; no tenemos un conocimiento del ser en sí de las cosas, sino de su ser para nosotros, para los miembros de una especie biológica determinada”.
Nietzsche después de haber abandonado a sus maestros Wagner y Shopenhauer es influido de forma notable por la ilustración y los hombres de ciencia, posiblemente hasta por el positivismo. De esta época son sus ideas del agnosticismo metafísico y del eterno retorno; así Nietzsche se atreve a negar la posibilidad de la metafísica al igual que todo conocimiento de Dios y la inmortalidad del alma. Conjuga esta pérdida de la fe con la afirmación de la voluntad de vivir presente en su inicial periodo de pensamiento:
“Si el mundo es múltiple, cambiante y aparente, y el hombre está guiado por esa multiplicidad a través de los instintos, no podrá existir nunca la verdad absoluta; frente a la metafísica platónica y cristiana, Nietzsche reclama una visión irracional del Universo. La verdad no puede ser algo absoluto ni definitivo, sino que será siempre relativa, individual, o como el mismo lo expresó: “la verdad consiste en estar siempre en el error”. Dentro de esta relatividad, será más verdadera aquella perspectiva que favorezca la vida, aquella que siga los instintos vitales”.
A veces las lágrimas nos impiden ver las estrellas.
El sofismo es algo más que simple charlatanería política o comercial.
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