Cómo superar la soledad después de una ruptura
Foto: Ingimage
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Cuando se acaba una relación, tendemos a sumirnos en un estado de dolor y soledad. El problema es cuando, debido a una mala gestión de las emociones, esas sensaciones dolorosas se perpetúan en el tiempo.
Cuando una relación amorosa se rompe, da igual el motivo y en qué términos, las personas acumulan un vacio en su interior difícil de manejar. La sensación de pérdida que se crea a raíz de la contradicción entre la nueva realidad y las expectativas pasadas sume a muchas personas en un estadio de soledad a veces infranqueable.
Poseemos un mecanismo de supervivencia por el que nuestro cerebro tiende a olvidar las experiencias malas y negativas de nuestra vida, y recordar únicamente las más benévolas y felices. Es una estrategia de la mente para poder superar las dificultades y sobreponerse al dolor y a las pérdidas.
La tendencia entonces es acallar ese sentimiento de soledad a como dé lugar. Encubriéndolo o negándolo, en vez de darnos la oportunidad de transitar por el dolor que suscita y permitirnos esa vulnerabilidad, lo que posteriormente se traducirá en un crecimiento personal.
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M. C. P. , de 27 años, llevaba 11 años con su novio cuando este le abandonó por otra mujer. De un día para otro se vio sumida en el caos y el desajuste emocional que implica una ruptura. “Fue terrible. Era la persona en la que más confiaba. Habíamos crecido juntos. Se fue con otra sin tan si quiera decírmelo y estoy convencida de que me fue infiel con ella”, explica.
Tras más de una década juntos, la joven tuvo que hacer frente al vacío que supuso retomar su vida sin el hombre que le había acompañado buena parte de ella. “Me cuesta mucho superar las pérdidas, y pensé que me moría sin él, esa soledad me inundaba a cada rato y mi propia mente me saboteaba”.
En cambio, M.C.P. optó por hacerle frente a sus debilidades y encarar la soledad, sin juzgar la emoción, dándose la oportunidad de experimentarla, de igual manera que se perciben el resto de emociones que no nos generan dolor ( por ejemplo, la felicidad o la alegría). “Solo sé que somos más fuertes de lo que creemos. Y de las grandes decepciones salen las grandes enseñanzas, y las cosas más bonitas. Cuanto mayor es la caída mayor es la parte positiva. Parece un poco absurdo pero es así”.
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Encarar la soledad y todos los sentimientos dolorosos que se generan, sin juzgarlos y entendiendo qué los ha generado, es el primer paso para superar una ruptura, como indica María Cristina Martín, sicóloga de la Universidad Complutense de Madrid. “Hay que aceptar lo que uno siente, sabiendo que no es malo: las emociones desagradables forman parte de la vida. Y la sensación de soledad es una señal de alarma que lanza la mente ante la pérdida de algo para que encaremos esa pérdida”.
Así pues, teniendo en cuenta que, tras una ruptura, es necesario experimentar la soledad y las diferentes emociones “indeseables” que se generan, lo siguiente es poner en práctica estos pequeños consejos para proseguir con nuestra vida:
1. Date el tiempo para conocerte a ti mismo. Indaga dentro de ti, tus ilusiones, miedos, deseos y afróntalos. Lo que quieres y lo que no. De igual manera que has dedicado tiempo a cuidar al que era tu pareja, centra esa misma energía ahora en ti.
2. No te culpes por el pasado. La sensación de culpabilidad es un mecanismo falso de autocontrol. Si somos nosotros los culpables, entonces solo nos queda cambiar para resolver la situación con la expareja y acabar con el dolor que genera la soledad. Es una falsa alarma.
3. No victimices tu situación. Las rupturas son algo natural, igual que la sensación de soledad. Habrá días malos, y días mejores, pero no eres una víctima. De hecho, gestionando la sensación de soledad, te empoderas y te permites seguir hacia adelante.
4. No te encierres. Sal de casa, emprende actividades nuevas. Es el momento de poner en práctica una nueva rutina. La sensación de soledad seguirá ahí, pero ocupando la mente, cada vez será más fácil gestionarla. Poco a poco irán apareciendo emociones más benévolas y más positivas.
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