Pierre Brassau: pintor y mono
En 1964 se celebró en
Gotemburgo, Suecia, una exposición de pintura que reunía obras de
artistas procedentes de toda Europa. Entre todos los autores hubo uno
que llamó especialmente la atención de los asistentes, un desconocido
artista francés llamado Pierre Brassau. El crítico de arte Rolf
Anderberg escribió que todas las obras se le habían hecho pesadas
excepto las de Pierre Brassau, que sus trazos estaban llenos de fuerza y
determinación, pero que al mismo tiempo tenían «la delicadeza de una
bailarina de ballet». Poco después se conoció la verdadera identidad de
Pierre Brassau: un chimpancé de cuatro años llamado Pedro.
El montaje había sido
preparado por el periodista Åke “Dacke” Axelsson con el objetivo de
demostrar la incapacidad de los críticos y expertos en arte para
diferenciar entre una pintura moderna y un cuadro hecho por un
chimpancé. Axelsson descubrió las cualidades artísticas de Pedro en el
zoológico de Borås y consiguió convencer a sus cuidadores para que le
entregaran sus cuatro mejores lienzos. A continuación no le resultó muy
complicado introducir los cuadros en la exposición.
Incluso después de que el engaño fuera descubierto, Anderberg seguía insistiendo en que aquellos cuadros eran los mejores de la exposición, lo que no deja en muy buen lugar al resto de artistas humanos. Un coleccionista llamado Bertil Eklöt compró uno de sus cuadros por 90 dólares, lo que hoy en día vendrían a ser unos 650 dólares.
Si quieres saber más sobre el arte pintado por monos te recomiendo que leas mi artículo «El mono pintor».
Pierre Brassau trabajando
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