ANDRZEJ ZULAWSKI, GNOSTICISMO, BERRIDOS Y NOVELAS ROSA: DIABEL/LA MUJER PÚBLICA











23 octubre, 2009
Andrzej_Zulawski_6-367x204Dos película contrapuestas del casi legendario “auteur” polaco Andrzej Zulawski, dos títuilos que en cierto modo son marcas de su filmografía, que representan su cine más interesante, “Diabel” con su recorrido original por el “fantastique” y su versión decadente e intragable, “La mujer pública” principio del fin dedicado a bastardizar los logros mayores de su fundamental y arrebatada “Lo importante es amar” incursión renovadora (y paradójicamente decimonónica) en los terrenos del melodrama romántico. Director más allá de lo pretencioso, tan cargante como fascinante y espantoso que funciona por inmersión, cine de choque cuya huella puede verse en gente como Terry Gilliam o en ese gran bufón que es Lars Von Trier, aunque sin la capacidad ensoñadora del primero ni la autoironía zumbona del segundo. Un tipo casi olvidado que fue uno de los grandes en los 70 y del que merece la pena rescatar lo que realmente valía y recalibrar el conjunto de una carrera en cualquier caso estimulante y alérgica a los convencionalismos.
0152_jpgDiabel
Año: 1972
País: Polonia
119 min.
Fotografía: Andrzej Jaroszewicz
Música: Andrzej Korzynski
Guión: Andrzej Zulawski
Reparto: Malgorzata Braunek, Michal Grudzinski, Iga Mayr, Monika Niemczyk, Wojciech Pszoniak, Wiktor Sadecki
El film que reveló internacionalmente el talento paroxístico y las maneras espásticas del genialoide Zulawski tanto por suponer un éxito rotundo (en los muy activos circuitos del “arte y ensayo” de la época claro) como por forzar su primer exilio de Polonia, el segundo sería como consecuencia de ese film reconstruido que es“En el globo plateado” (realizado en el 1977 y rescatado una década después con un montaje que incluye pasajes narrados), indescriptible epopeya de ciencia –ficción misticoide de tres horas de duración, escenografía alucinada, discurso desbordante (sobre la creación de la civilización, nada menos) y ultraviolencia primitivista.
13311En este caso su peculiar impronta visual y su alucinatorio trabajo con los actores, algo así como una colisión entre abstracción y naturalismo barroco con cámara en mano y “happening” situacionista en un estado de conciencia definitivamente alterado, entre hipidos, soliloquios a gritos y accesos epilépticos (sic.), una constante contraposición entre fealdad/belleza, vicio/virtud en un combate a muerte en el cuerpo físico tanto de la imagen como de los intérpretes (no está lejos de los planteamientos de Werner Herzog o de las vanguardias teatrales de la época), encuentra acomodo en las elásticas fronteras del fantástico, quizás el lugar 13308natural del talento del polaco y donde anida otro título tan aterrador y desquiciado como “La posesión”, psicodrama sexual en el que Isabelle Adjani es infiel a su marido Sam Neill con una viscosa criatura preternatural en una sórdido edificio, y esto solo para empezar.
img3450Un joven soldado es liberado por un misterioso individuo, probablemente el diablo “in person” de barba roja, figura contrahecha, cojera (recordar como el diablo o un diablo más bien es representado en muchos mitos como “el diablo cojuelo”) y ropa negra que lo acompañara en su viaje con la intención de sonsacarle los nombre de una serie de correligionarios a los que debe traicionar para salvarse.Esto en teoría, claro por que lo que se pretende no es otra cosa que una alegoría sobre la Polonia pasada y presente a través de un viaje (como todos, de conocimiento y en este caso además de introspección a ser “hacia atrás”) al centro mismo del mal, la locura y la pureza, un territorio que pertenece tanto a la sangre como a la mente, repleto de simbolismos (la navaja, los zulawski_diableequilibristas,…), psicoanálisis pasado de rosca (la presencia del incesto), metaficción y juegos de espejos (la representación de Hamlet que comenta la trama, de igual modo que en Hamlet hay una representación que comenta la trama), delirios teológicos de todo pelaje,…; un purgatorio espantoso y extrañamente bello en el que se trata por igual, a la vez, sin la menor reflexión y del modo más exaltado posible sobre el amor, la muerte, la traición y la existencia misma, con la libertad y el alma como premio. En muchos aspectos no deja de ser la típica empanada centroeuropea de arte yhorror.com.plensayo que causaba estragos en los 60/70, pero Zulawski logra superar cualquier limitación en virtud de un “look” lisérgico y adictivo (al que no es ajeno su brutal banda sonora) y a su descarado afán escandaloso, con desnudos cada dos por tres y violencia gráfica a paladas.
La mujer pública (La femme publique)1DVD CASE SLIPCASE THEdigipak  (4).cdr
Año: 1984
Pais: Francia
113 min.
Fotografía: Sacha Vierny
Música: Alain Wisniak
Guión: Andrzej Zulawski, Dominique Garnier
Reparto: Valérie Kaprisky, Francis Huster, Lambert Wilson, Patrick Bauchau, Gisèle Pascal, Roger Dumas, Diane Delor
femme7La historia (o así) sobre una aspirante a actriz enredada entre un mercurial director de cine que pretende adaptar a Dostoievsky a la modernidad (esto es: un show narcisista por completo espasmódico y carente de cualquier sentido más allá de la tontería verborreica que encima parece la parodia de esa previa y muy sugestiva “Diabel” ya comentada de la que incluso roba alegremente algunos momentos) y un expatriado checo totalmente desequilibrado, cuya anterior mujer fue musa del susodicho “artista”. Por si publique8lgfuera poco aun se maneja otra línea paralela sobre el tormentoso padre de la muchacha, su sufrida madre y un extraño trabajo como meretriz fetichista. Todo esto entre mucha histeria, barroquismo visual a espita libre, diálogos (¿?) literarios indigestos, pasión folletinesca, violencias de todo tipo y un tufo anacrónico mareante, entre el existencialismo de salón y cogorza y la memez “sesentayochista” caducada.
s3781582Zulawski dilapida su descomunal poderío estético en una parodia sin gracia de si mismo, un carrusel de citas estragante que plagia sin aparente vergüenza su exitosa “Lo importante es amar” con una dedicación digna de mejor causa, pero sin darse cuenta de lo mucho que echa en falta la firmeza que le ofrecía el turbulento original de Christopher Frank (autor también de ese “El sueño del mono loco” que tan bien adaptó Trueba) o la labor de unos intérpretes tan entregados a la causa como talentosos y genuinos. El resultado de semejante operación de autoindulgencia diarreica es un festival ininteligible y pseudo-todo, de una misoginia repulsiva. Con la mujer reducida a ser una fantasía maleable, puta virginal sin mayor voluntad propia que el amor entendido como ordalía, como retorcida perversión (auto) punitiva.000a3cb3
Artificiosa e interminable, muestra a las claras la fragilidad funambulista del universo del director polaco, con unos (malos) actores incapaces de sostener el invento y haciendo el bobo como nunca. Especialmente un Francis Huster emperrado en imitar al monstruo Kinski con cómicos resultados y la carnal (tanto que el rijoso Zulawski no se resiste a sacarla en Picture_0204traje de Eva cada dos por tres) Valérie Kaprisky dando vergüenza ajena.
Un bodrio insoportable, solo parcialmente redimido por cierta ironía metalingüística final donde si que Zulawski parece dejar entrever un fulgor de lucidez sacando a los actores de los personajes saliendo a saludar por las calles de Paris y además abriendo una puerta que permite entrever los mecanismos, el ambiente y las técnicas mesmerizantes de un rodaje “zulawskiano”, pero que más allá de este interés curioso no pasa de ser una “novela rosa” con ínfulas.