Cómo escribir un guión de cómic – 1
Un guión es un documento de trabajo por el medio del cual le vamos a indicar al dibujante qué es lo que tiene que dibujar para contar la historia que queremos contar.
En lo que se refiere a forma, un guión de cómic puede adoptar muchas diferentes, casi tantas como autores. Pero, así, de buenas a primeras, creo que podemos distinguir entre dos grandes grupos: el método Marvel y el método racional.
A pesar de que había oído desde hace mucho tiempo como era el método Marvel, no fue hasta hace bien poco (no llega a un mes) que me enteré de que ese método, el cual pensaba que era utilizado únicamente en la época Lee-Kirby, se sigue utilizando hasta el día de hoy. El descubrimiento lo hice en la magnífica bitácora de Rafael Marín, escritor y guionista de comics español que trabajó para Marvel durante una corta temporada (en los 4 fantásticos). En ese blog podéis encontrar algunos guiones que vale la pena revisar.
El método en cuestión se resume así: se escribe una descripción de lo que sucede en cada página, sin diálogos (aunque se pueden añadir algunos que sean indispensables). A continuación, el dibujante lo dibuja como él lo ha entendido, dejando espacio para los diálogos. Por último, el guionista coloca los diálogos.
Este método, que puede funcionar para Marvel, puede funcionar para ti si estás en estrecho contacto con el dibujante, tenéis una buena compenetración o, simplemente, no te importa que tener tu obra bajo tu control. Es que para mí, el guionista de cómics es el equivalente en su medio al director de cine.
Ahora bien: ¿cuál es el método racional? Pues una descripción de lo que se ve en cada viñeta junto con los textos (diálogos, apoyo) que han de aparecer en ella. Dentro de este método, las variaciones que se pueden producir son muchas. Hay guionistas a los que les gusta detallar con gran exactitud todo lo que se ve y como se ve (planos y ángulos). Otros, dejan a la libre interpretación del dibujante esto último, limitándose a contar lo que se ve en la viñeta. En mi opinión, el grado de detalle del guión debe estar sujeto al dibujante con el que se trabaja. Por ejemplo, una vez realicé un guión de prueba para un proyecto que no se concreto (al menos en los términos que a mí me habían dicho) y trabajaron en él dos dibujantes diferentes. Yo hice indicaciones de ángulos y planos que uno de ellos (primerizo e inexperto) respetó. El otro dibujante, aunque no siguió mi guía al cien por cien (estaba más curtido) me dijo que mis indicaciones le eran útiles si en algún momento se atascaba y no sabía como solucionar una página o hasta una viñeta. El punto en esta cuestión no es tanto si el guionista debe o no ser profuso en detalles descriptivos, sino en que debe ser capaz de serlo. Un guionista de comics debe ser capaz de planificar una página, o hasta una viñeta. Debe ser capaz de pensar como un narrador gráfico, así no sea capaz de dibujar la “o” con un canuto. Otra cosa es hasta donde debe extenderse con el guión. El propio Alan Moore escribió un guión ultradetallado para cada número de “Watchmen”, mientras que trabajó de diferente manera en “Un pequeño asesinato” y “Lost girls”.
Este método de hacer guiones, el racional, es el que vamos a ver aquí. Simplemente porque es el que más me gusta, porque es al que estoy acostumbrado, porque es como siempre pensé que era un guión de cómic. Cuando empecé a leer libros sobre guiones, no había ninguno acerca de guiones de cómic (y si lo había, nunca llegó a mis manos), por lo que empecé con los de guiones de cine. Entre el cómic y el cine hay un parentesco muy cercano, pero también hay algunos puntos en los que se distancian. La lectura de manuales de guiones de cine y de los propios guiones son muy útiles, y si quieres encontrar algunos ejemplos, usa Google y ya verás. Un buen sitio para localizar material de este tipo es la página de abcguionistas. Además, la lectura de manuales de guión de cine sirve para aprender mucha teoría narrativa que es verdaderamente útil. Algo de esto veremos más adelante, pero por de pronto iros pensando en conseguir, por ejemplo, “El guión” de Robert McKee, un libro excelente.
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