A mí me matan de dos maneras: con razones o a bala
Fernando Vallejo
Fernando Vallejo: A mí me matan de dos maneras: con razones o a bala
Durante su participación en la Feria del Libro de Bucaramanga, Ulibro 2009, el escritor paisa, Fernando Vallejo, dejó claro que Colombia está sumida en la desgracia por culpa de la iglesia y los dirigentes políticos. También reveló que trabaja en la última novela que escribirá, que lleva como título El don de la vida.
Fernando Vallejo confesó ayer antes de irse de Bucaramanga que está trabajando en el último libro que escribirá en su vida. Además, dijo al finalizar su intervención en la Feria del Libro, Ulibro 2009, que le hubiera gustado debatir sus ideas y posturas con el público y despertar más controversia de la que está acostumbrado desde sus libros, columnas o artículos.
Sin embargo, su jornada en la ciudad se desarrolló tranquila y fue más admiración lo que despertó en los asistentes a su conferencia en la Unab. Aunque uno que otro lo controvirtió por su de-sarraigo del país, su fuerte crítica a la iglesia y la política nacional, primaron los aplausos y algunas peticiones: Maestro, ¿cuándo regresa a Colombia?. En medio de sus declaraciones dejó ver que no está vivo de milagro, sino porque dispara opiniones a todos lados y nadie lo ubica. También aseguró que vive desesperado y que así se va a morir. Claro que si su muerte es provocada por alguien, sólo se puede lograr de dos maneras: Con razones o a bala. Así se pude resumir la primera visita del escritor paisa a Bucaramanga, invitado por la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab, y la organización de Ulibro 2009.
Vanguardia Liberal conversó con él sobre su nueva producción, el suicidio, la admiración que despierta en los jóvenes, algo de literatura y el cine.
VANGUARDIA LIBERAL: ¿Cuál es su mayor pasión?
FERNANDO VALLEJO: Tengo muchas pero la más importante no la puedo decir porque es inconfesable, demasiado fuerte.
V.L.: Si la vida le parece tan absurda, ¿por qué no se suicida?
F.V.: Es una pregunta muy boba, pero se la voy a contestar. Le podría contestar que porque estoy muy contento con usted aquí en este momento, pero la vida es muy difícil y morirse ni se diga.
V.L.: ¿Colombia sigue en la desazón suprema, como el título del documental sobre su vida hecho por el director Luis Ospina?
F.V.: Esa es una expresión tomada de unos versos de Porfirio Barba Jacob, Acuarimántima. Colombia está sumida en el desastre, en el desastre supremo. Para consuelo de tontos el desastre es universal.
V.L.: ¿Trata de hacer en sus novelas una refiguración de la realidad?
F.V.: La realidad es muy compleja. Cada novela debería ser un borrón y cuenta nueva, inventar de nuevo todo, nuevas fórmulas, nuevos valores.
V.L.: El escritor Efraim Medina dice: La posibilidad de equivocarse no está en los códigos genéticos de un colombiano. ¿Qué opina de esto?
F.V.: Colombiano es una palabra muy amplia, Colombia es un país de 44 millones de personas, evidentemente el conjunto de la población colombiana es una población ignorante, sumida en la incultura y sobre todo envilecida por la clase política y por la iglesia católica que son las que han dirigido nuestro destino desde que nos separamos de España. Generalizar siempre trae problemas, pero generalizamos, Colombia está sumida, está envilecida.
V.L.: ¿Qué diatriba le gustaría escribir?
F.V.: De ninguna, no hay que quemar pólvora en gallinazos o chulos. Y pobres los chulos porque son animales que quiero. Hay temas importantes sobre los cuales escribir como la iglesia católica y la política.
V.L.: Algunos jóvenes dicen: Vallejo es mi mentor. ¿Qué piensa de la admiración que le tienen?
F.V.: Es muy conmovedor. Cine, literatura y lo que viene
V.L.: ¿En qué está trabajando en este momento?
F.V.: Estoy escribiendo un libro de título irónico que se llama El don de la vida, que en realidad es la bendición de la muerte. Quiero que sea el último libro que yo escriba y esta vez como ya lo hice en otras ocasiones y no lo cumplí, lo voy a prometer ante notario y me va a poner una multa si hago lo contrario.
V.L.: Se hablaba de un nuevo proyecto en el cine, ¿de qué se trata?
F.V.: Eso no se pudo hacer. La verdad es que el cine está pasando en estos momentos por una crisis, o la que se le viene encima, que lo va a cambiar totalmente. Por lo demás el cine me tiene sin cuidado, no me interesa, me da lo mismo lo que pase con él.
V.L.: ¿Sigue defendiendo su posición frente al uso de la primera persona del singular para el narrador de novelas?
F.V.: Es una pelea que casé desde que empecé a escribir. La novela del narrador omnisciente no tiene sentido, es un camino agotado de la literatura. Si hay algo claro es que nosotros estamos encerrados en nosotros mismos. Nosotros podemos sospechar algo de lo que piensan los demás, por sus gestos, palabras y acciones, pero no nos podemos meter en la mente de los demás para reproducir sus pensamientos y menos para reproducir conversaciones enteras.
V.L.: Escritores como José Saramago y su esposa admiran su trabajo. ¿Qué piensa de esto?
F.V.: Pues muy amables. Al menos él aún lee literatura. Yo llevo 25 años que no leo nada. V.L.: ¿El piano sigue siendo su mayor compañía? F.V.: Ojalá yo hubiera sido un buen músico, era lo que hubiera querido ser en la vida, pero no tenía música en el alma. Soy un aficionado.
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