Carta abierta a Efraim Medina revista el malpensante
Por Andres Hoyos
Tomado de la Pagina:http://www.elmalpensante.com/index.php?doc=display_contenido&id=1229
Querido Efraim:
Estas cosas sería mejor tratarlas en privado —la ropa sucia se lava en casa, como se dice, y los rotos viejos los zurce mejor la abuela—, pero dado que tú decidiste ventilar tus mataduras con otros colegas y conmigo nada menos que en la revista Cromos, no me queda más remedio que hacer lo propio aquí, donde soy, como bien lo recuerdas, el director. Dices en la entrevista light o ping pong que te hicieron allí (el género es divertido, qué duda cabe) que la única profesión que no emprenderías sería aceptar trabajar para Andrés Hoyos, es decir para mí, el director de El Malpensante, y me parece, gran Efra, que estás en todo tu derecho de observar tan radical actitud pero, claro, eso hacia el futuro. Porque me pregunto, por ejemplo, ¿qué pasó con los ensayos esos sobre la vida sexual de Mandrake y sobre las vicisitudes conyugales de Popeye y Olivia que hace un par de años nos prometiste escribir sin falta? No me vas a decir que una sobredosis de espinacas te iba dando dolores de cabeza o que tienes dudas en torno a las figuras del gran marino y del mago, las cuales te impiden lograr la concreción ensayística del caso. Porque si las tienes, en ese entonces no las declaraste, como quien no declara sus revistas subidas de tono al pasar por la aduana. Entiende, Efra, que nuestra decepción con tus incumplimientos es profunda, para no hablar del vacío que vas dejando en nuestras almas. Y, hablando de Tonos subidos, también nos habías ofrecido realizar un reportaje a fondo y sin temas vedados con Adriana Tono, la presentadora de televisión de las sonrisas y los besitos al aire, para publicarla en una entrega posterior. Supongo, por lo que dijiste en Cromos, que ese segundo ofrecimiento tampoco lo tendremos, que más vale que lo vayamos tachando de la lista. Lástima grande, porque esa mezcla de chiste y chanza tan típica tuya, gran crédito nacional en los muy opuestos campos de la literatura y el boxeo, prometía un estupendo perfil de la bella presentadora, tan cartagenera como Bernardo Caraballo o como tú. Esperamos que no hayas decidido ceder todas esas cosas a Cromos, pues ciertamente nos sentiríamos muy dolidos.
Pasando a los colegas, en la misma entrevista citada expresas hacia ellos deseos que son, cuando menos, curiosos. Te gustaría, dices, “tener un dedo desintegrador” para poder apretar un botón y que desaparecieran del planeta Héctor Abad y Jorge Franco con sus libros. Hombre, Efra, reflexiona. ¿No te parece preferible que en vez de jugar a ser Dios, lo cual no siempre cae bien en esta profesión, la próxima vez que pases por la mesa de novedades de una librería dejes los libros de Héctor y de Jorge ahí quietos encima de la mesa? No los compres, no los leas, no malgastes tu dinero, y santo remedio. Tampoco tienes que comprar libros de Thomas Mann, de Tolstoi o de Shakespeare, viejitos caducos si los hay. A cambio, puedes gastar lo que te plazca en completar tu colección de cómics y en un PlayStation 2, que eso sí es lo tuyo.
En todo caso, suerte con la próxima (tele)novela.
Un abrazo,
Andrés Hoyos
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