Grandes constructores animales
Los seres humanos han dedicado una gran cantidad de tiempo y energía para mejorar las construcciones que realizan desde los principios de la civilización como tal. Pero no solo los humanos han desarrollado el arte de la construcción, en el mundo natural algunos animales también se pueden considerar expertos en sus propias técnicas de construcción.
Algunos constructores realmente logran increíbles infraestructuras, como las marmotas de la pradera las cuales construyen enormes túneles los cuales tomando en cuenta que esta especie suele vivir en abundante número se interconectan formando enormes metrópolis subterráneas. Otras especies simplemente prefieren construir utilizando materiales simples.
Muchas especies de animales no necesitan otros materiales para realizar sus construcciones, las arañas producen seda para fabricar sus redes las cuales son consideradas sorprendentes obras arquitectónicas, las características de su seda son muy interesantes ya que esta es 2 veces más elástica que el nilón y 5 veces más fuerte que el acero. Otros grandes insectos constructores son las abejas y las termitas considerados los grandes constructor naturales, las abejas construyen enormes panales con cera que producen del polen de las flores, construyen sus paneles formados por celdas hexagonales donde almacenan alimento y a sus crías; en cuanto a las termitas son capaces de crear edificaciones de más de 6 metros de altura y todo esto lo realizan combinando solo tres materiales: tierra, saliva y excremento.
Castor
Abejas
s interesante ver la geometría de una celda de panal, y la forma en que éstas encastran con el panal opuesto del marco móvil.
Pero hay toda una discusión desde antiguo sobre los ángulos que éstos tienen.
En 1700 se hicieron cálculos referentes a la medida de los ángulos de los rombos en los fondos piramidales de las celdas del panal. Comenzó en 1712 y continuó por varios años durante los siglos siguientes.
El genio italiano, Maraldi, astrónomo, estudió las celdas de la abeja y midió el largo de las mismas, encontrando que son aproximadamente iguales unas a otras. Entonces midió los ángulos de las celdas de un panal, calculando que era de 109º 28'. Anne D. Betts en un artículo en julio de 1921 relacionó la historia de manera más lejana, Maraldi en una advertencia tremenda a todos nosotros, se expresó claramente, para evitar todo el peligro de ser entendido mal.
Refiriéndose al naturalista francés Reaumur atribuyó la idea de que éste había encontrado el valor de 109º 28 en los ángulos de las celdas de un panal. Toda una hazaña, que varios escritores han comentado, ya que era imposible de realizar con los instrumentos existentes en su época, incluso si las celdas fueran regulares, que no lo son.
Reaumur sospechó que las abejas economizaban cera, consultando a un amigo matemático, Koenig, para resolver el problema de la celdas de la abeja. Koenig calculó el ángulo más grande de los rombos obteniendo 109º 26'. Investigaciones posteriores demostraron que 109º 28' era la respuesta correcta. (Sólo dos minutos fue la diferencia aclarando que Koenig había cometido un error en su aritmética).
Años más tarde, la investigación de un accidente marítimo demostró que el capitán había dirigido mal el curso de su barco, debido a que el cálculo de las tablas de logaritmo existentes era defectuoso. Las tablas fueron corregidas para evitar un error adicional. Entonces se descubrió que éstas eran las mismas tablas logarítmicas con las cuales Koenig había hecho sus cálculos. El problema del ángulo de la celdas fue calculado otra vez, con las tablas corregidas, y los ángulos obtenidos fueron los que las abejas habían utilizado siempre: 109º 28'. La conclusión final fue que las abejas hicieron el cálculo correcto y el matemático lo hizo mal.
http://m.listas.20minutos.es/lista/asombrosos-arquitectos-del-reino-animal-389030/
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