El club de los poetas suicidas
A lo largo de la Historia, numerosos poetas se han suicidado. Evocamos en esta galería alguna de esas figuras literarias y sus circunstancias cuando se quitaron la vida.
Los motivos, las maneras y el aura de misterio y desesperación de los poetas suicidas han hecho correr ríos de tinta.
Estas mujeres y hombres pretendían así huir de los fracasos artísticos, de los deseos siempre insatisfechos, y, sobre todo, del peso de su inmensa sensibilidad.
Desde la Antigüedad, tenemos ejemplos de poetas que se quitaron la vida, entre ellos, destaca el de la poetisa griega Safo, quien se lanzó al mar desde la roca de Léucade cuando su amor por Faón no se vio correspondido. Esta roca de la isla de Léucade era, al parecer, desde donde se lanzaban con frecuencia los enamorados para suicidarse.
Las formas de suicidio de estos prodigiosos de la escritura son muy diferentes y algunos no cejaban en su empeño, como por ejemplo: Ángel Ganivet se arrojó en la capital letona de Riga al río Duina desde un barco y volvió a tirarse al río después de ser rescatado; Kostas Karyotakis intentó suicidarse ahogándose en el mar pero como era un buen nadador no lo consiguió, al salir escribió una nota desaconsejando a los que sabían nadar intentar suicidarse de esa forma. A la mañana siguiente se pegó un tiro. Cesare Pavese se tomó dieciséis tubos de somníferos. Yávorov, ciego como resultado de un intento anterior de suicidio, ingirió veneno y, por si alguien lo salvaba, se voló la tapa de los sesos.
Todos ellos tomaron el camino de plasmar en el papel sus trastornos, sus soledades, sus ausencias... para ahondar en la parte oscura del ser humano que reflejaban en cada uno de sus versos.
1. Gérard de Nerval (1808-1855)
Gérard Labrunie inició en 1827 la traducción al francés de Fausto, que entusiasmó al autor de la obra original en alemán, Goethe.A los veintiséis años heredó 30.000 francos en oro, que invirtió, por indicación del escritor Honoré de Balzac, en la fundación de una revista que lo arruinó en un año.A los 31 años fue detenido cuando perseguía medio desnudo a una estrella.En 1855 un borracho descubrió su cuerpo en un callejón, cubierto de nieve. Se había ahorcado, pero tenía el sombrero puesto, por lo que sus amigos siempre negaron que fuese un suicidio.2. José Asunción Silva (1865-1896)
Precursor del modernismo colombiano, el poeta José Asunción Silva había conocido en Europa a Oscar Wilde y a Mallarmé, y adquirió costumbres de estilo dandi.En 1895 todos sus escritos desaparecieron en un naufragio en la costa venezolana.A los treinta años visitó a un médico para que le dibujase sobre el pecho el lugar exacto del corazón. La noche siguiente reunió en su casa a varios invitados y al finalizar la velada y antes de apretar el gatillo, colocó una esponja junto al costado del frac, para evitar que la sangre manchase la pechera. La primera edición de sus poesías apareció doce años después.3. Ángel Ganivet (1865-1898)
Licenciado en Filosofía y Letras y en Derecho, en 1892 conoció a Amelia Roldán, con quien tuvo dos hijos en una tormentosa relación amorosa nunca legalizada.Destinado en el consulado de Riga (actual capital de Letonia), estudió ruso, apenas comía, fumaba veinticinco puros diarios y comienzó a padecer insomnio y manías persecutorias. Poco antes de cumplir los 33 saltó del vapor que tomaba todos los días para acudir al consulado. Los pasajeros le recogieron, pero volvió a saltar sin que en esta ocasión pudieran salvarlo.
4. George Trakl (1887-1914)
Fue uno de los iniciadores de las vanguardias y el expresionismo literario de Austria.Trakl creció al cuidado de una niñera que cada noche le leía obras de los poetas simbolistas.Desde muy joven, sus aficiones favoritas fueron el alcohol y las caminatas por los bosques.Como aprendiz de farmacia, descubrió las cualidades introspectivas del cloroformo. Luego conoció la cocaína, el opio, el veronal. Comenzó a consumir todas estas drogas, lo que le ocasionaron violentas intoxicaciones.Movilizado durante la Primera Guerra Mundial, intentó suicidarse ante el espectáculo de la batalla de Grodek. Apenas dormía, obsesionado con la idea de que iban a fusilarle. Se administró una sobredosis de cocaína que le produjo un paro cardiaco y la muerte.5. Alfonsina Storni (1892-1938)
Los Storni, emigrantes argentinos, abandonan Suiza y regresaron a su país junto con su hija de cuatro años, Alfonsina.Tras la muerte del padre, alcohólico, Alfonsina se ve obligada a trabajar como costurera y en una fábrica.Sin embargo, a partir de 1916, año en que publica su primer libro de poemas, Alfonsina Storni se convierte en una mujer conocida que da recitales por los barrios humildes, dicta conferencias y ocupa una cátedra en la Escuela de Lenguas Vivas.En 1935, al regreso de su segundo viaje a Europa, los médicos le descubren un tumor cancerígeno.Tres años después, una tarde de octubre salió de su hotel y se tiró a las aguas del Atlántico de Mar de Plata. Dejó una nota: "Me arrojo al mar".6. Marina Tsvetaeva (1892-1941)
La vida de esta escritora rusa es una sucesión de desgracias que la llevan al suicidio antes de cumplir los cuarenta y nueve años. Perteneciente a una familia de la alta burguesía, la Revolución Rusa le hace un daño irreparable: su fortuna es confiscada; su marido, oficial del ejército ruso, desaparece temporalmente; y su hija pequeña fallece por falta de alimentos.En 1922, partió hacia Praga y de allí a París, donde residió durante catorce años. Un texto de Maiakovski la convence de que su sitio está en Rusia y su familia se traslada en 1937 a la espera de poder reunirse con ella.Cuando vuelve a Rusia, Tsvetaeva descubrió que su hija estaba internada en un campo de concentración y que su marido había sido fusilado. Desterrada en la aldea de Eláburga se ahorcó.
7. Vladimir Maiakovski
Maiakovski pasó un año en prisión por ser descubierto por la policía zarista con propaganda del partido bolchevique. Cuando recuperó la libertad, comenzó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes, donde conoció al creador del futurismo ruso, Burliuk, quien le persuadió de que era un poeta genial.A partir de 1917 escribió y pintó centenares de slogans y carteles propagandísticos, dio conferencias y leyo sus poemas en las fábricas. Pese a haberse convertido en insignia de la Revolución, le reprochaban que sus poemas son incomprensibles para los obreros. El distanciamiento de sus amigos, el sentimiento de abandono y un desengaño amoroso aceleran algo que, según sus conocidos, era inevitable. Una mañana de primavera Maiakovski se mata de un tiro.8. Florbela Espanca (1894-1930)
Precursora del movimiento feminista en Portugal, fue dueña de una vida tumultuosa, inquieta, transformando sus sufrimientos íntimos en poesía, cuyos versos estaban cargados de erotismo.En 1903, con nueve años Florbela Espanca escribió el primer poema de que se tiene conocimiento, La Vida y la Muerte.En 1917 se matriculó en Derecho, siendo la primera mujer en hacerlo en la Universidad de Lisboa.En 1919, Florbela comienza a presentar síntomas serios de desequilibrio mental.La muerte de su hermano Apeles (en un accidente de aviación) la afecta gravemente y la inspira para escribir As Máscaras do Destino.Intentó suicidarse dos veces, en octubre y noviembre de 1930, en vísperas de la publicación de su obra maestra, Charneca em Flor. Tras el diagnóstico de un edema pulmonar se suicidió el día de su cumpleaños, el 8 de diciembre de 1930.9. Antonieta Rivas Mercado (1900-1931)
La poeta y promotora cultural mexicana Antonieta creció en un mundo donde las despedidas marcaron las relaciones, pues su madre dejó a su familia por irse con su amante.Tras su primer matrimonio con Albert Blair, ella dejó de lado sus dos grandes pasiones: el ballet y la lectura, está última por el arranque de Albert cuando quemó su biblioteca, por considerarla perjudicial y no apta para una señora que debía dedicarse únicamente a las labores del hogar.El divorcio liberó a Antonieta, y su necesidad la llevó a sentirse atraída por su amigo José Vasconcelos, icono de la nueva generación del pensamiento post-revolucionario.El agobio de la derrota, la persecución de Albert Blair por haber ella secuestrado a su hijo y llevárselo a Burdeos, y el declive de su relación entre Vasconcelos, la llevó a vestirse de seda negra, ponerse su sombrero negro, y esconder el arma que siempre llevaba Vasconcelos para ir a su último destino: el asiento más cercano dentro de la catedral de Notre Dame en París, donde desenfundó la pistola y se disparó directo al corazón.La carta que dejó: “Antes de mediodía me habré pegado un balazo (…) le ruego cablegrafíe (no lo hago porque no tengo dinero (…) Me pesó demasiado aceptar la generosa ayuda de Vasconcelos al saber que facilitándome lo que necesitaba, le robaba fuerza (…) De mi determinación nada sabe, está arreglando el pasaje. Debería encontrarme con él a mediodía. Yo soy la única responsable de este acto con el cual finalizo una existencia errabunda”.
10. Cesare Pavese (1908-1950)
"Vendrá la muerte y tendrá tus ojos", escribiría Pavese. A él la muerte no le llegó, la buscó un 26 de agosto en dieciséis envases de somníferos.Nacido en un pueblecito de Piamonte, quedó huérfano de padre a los seis años. A los diecinueve ya se declaraba cansado -"se me escapan las ganas cada día más"- y se definió a sí mismo como "Maestro en el arte de no gozar". Tras doctorarse en Turín, se vinculó a la editorial Einaudi.En 1935 fue condenado a tres años de confinamiento por actuar como intermediario entre Tina -el amor de su vida- y su novio, un dirigente del partido comunista encarcelado en Roma. Al salir de prisión se entera de que la mujer de "la voz ronca y dulce" acaba de casarse.Ni siquiera el éxito -a partir de 1941 publica novela tras novela- alivia su desamparo. Se suicida en una habitación de hotel.11. Gabriel Ferrater (1922-1972)
Miembro de la generación de los 50 y considerado uno de los mayores poetas catalanes contemporáneos, Gil de Biedma lo retrató como "inteligentísimo, poco dinero, pocas posibilidades establecidas de progreso [...] Con los mismos defectos pero con menos cualidades hubiera funcionado mucho mejor".Ensayista, crítico y traductor de Hemingway y Pavese, había fijado como límite de su vida los cincuenta años. Tres semanas antes de cumplirse el plazo, ingirió barbitúricos y se ató una bolsa de plástico alrededor de la cabeza.12. Anne Sexton (1928-1974)
Unos días antes de cumplir cuarenta y seis años, Anne Sexton se encierra en el garaje de su casa, enciende el motor del coche y se provoca la muerte.Atrás deja dos hijos; un premio Pulitzer (lo obtiene en 1960, tres años antes de que se le concediese a su amiga Sylvia Plath a título póstumo); una sucesión de depresiones, curas psicológicas y tentativas de suicidio; y un puñado de maravillosos poemas que comienza a escribir por casualidad mientras se encuentra internada en un hospital psiquiátrico.
13. Paul Celan (1920-1970)
Con Rumanía, su país natal, ocupado por rusos y alemanes, los padres de Paul Celan, judíos de lengua alemana, son deportados y asesinados en Auschwitz. Él mismo cumple trabajos forzados bajo vigilancia policial.En 1945 consigue un puesto como lector y traductor que le permite trasladarse a Bucarest.Dos años más tarde publica en Viena Amapola y Memoria con un reconocimiento inmediato por la crítica. En 1952 se casa con Giséle de Lestrange con quien tiene dos hijos, uno de los cuales muere.Tras recibir las máximas distinciones de la lengua alemana, Celan emprende un viaje a Palestina en 1969. En 1970 envía a su amigo Gadamer Luz a la Fuerza, quien, al leerlo, viaja a París alarmado. Horas más tarde de su encuentro Paul Celan se arroja al Sena.14. Alfonso Costafreda (1926-1974)
Huérfano de padre desde los nueve años, una insuficiencia cardiaca paralizó el brazo de Alfonso Costafreda y le obligó a pasar temporadas hospitalizado. Se habituó a los tranquilizantes para dormir, para trabajar, para viajar.Según el poeta Vicente Aleixandre, "sólo tenía cerca siempre a su soledad y su abismo a los pies". Poco después de su segundo matrimonio se mató.Su amigo Carlos Barral escribió cómo "el suicidio se había ido convirtiendo en los últimos años en una aspiración cada vez más abstracta que ya no necesitaba de motivos y circunstancias".Se suicidó en Suiza en 1974, donde desde 1955 se encontraba trabajando para la OMS.15. Sylvia Plath (1932-1963)
Desde pequeña, la poeta Sylvia, en ocasiones alias “Sherry”, rompió las reglas del comportamiento que se consideraba correcto en una mujer. En un diario, comenzó a desarrollar sus primeros escritos, estos se trataban de las relaciones amorosas que tenía en su adolescencia, y apuntaba los nombres, las citas, y más.Las frases sobre su inconformidad y su constante búsqueda de respuestas se hicieron presentes en líneas como “¿Para qué es mi vida? ¿Qué voy a hacer con ella?”. Sus preocupaciones sobre el sexo, la literatura se fueron apoderando en ella cada vez más.La intentó violar un rico peruano, hombre que fue invitado por la nueva revista de moda en la que colaboraba, Mademoiselle, lo cual le hizo pensar en su primer suicidio con somníferos. Plath estuvo inconsciente dos días en el sótano de su casa.Posteriormente de la rehabilitación, Sylvia se enamoró del poeta Ted Hughes, con quien inició una relación y tuvo dos hijos: Frieda y Nick. Sin embargo ser la sombra de su esposo y dejar ella su pasión por la literatura para convertirse en un ama de casa, la llevó a decidir su muerte.“Morir es un arte, como todo. Yo lo hago excepcionalmente bien. Tan bien, que parece un infierno. Tan bien, que parece de veras. Supongo que cabría hablar de vocación”.El calendario marcaba el 11 de febrero de 1963, cuando Sylvia, después de haberle dado el desayuno a los niños en su cuarto, cerró la puerta de la cocina, tapó con toallas todos los huecos y abrió la llave del gas del horno para luego meter la cabeza y morir.
16. Alejandra Pizarnik (1936-1972)
La amiga consentida de Julio Cortázar fue sin duda la poeta Alejandra Pizarnik, quien a los 17 años, comenzó su gusto por la literatura. Siguiendo los pasos de Virginia Woolf y Franz Kafka, Alejandra comenzó sus propios diarios en los que describió su constate uso de anfetaminas, las cuales se dice empezó a ingerir por problemas de autoestima y por su tartamudeo.Con una fuerte personalidad, Alejandra impregnó sus libros de sus más claros gustos: las mujeres, el sadismo, lo perverso, y hasta su gusto por el rock, específicamente el de Janis Joplin a quien le escribió Zona Franca.Tras dos intentos de suicidios y su personalidad depresiva que la caracterizaba y por la que Cortázar la regañaba, como en esta carta: "No te quiero así, yo te quiero viva, burra (…) y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte”, Alejandra fue internada en un hospital psiquiátrico.Decidida al final de su vida, la poeta pidió un permiso y se fue a su departamento, donde se preparó un cóctel con 50 pastillas de barbitúricos. Su frase final fue “No quiero ir más que hasta el fondo”.17. Ana Cristina Cesar (1952-1983)
Nacida en el seno de una familia culta, fue traductora, feminista y uno de los miembros más importantes del colectivo contracultural brasileño, conocido como la Generación del mimeógrafo de la década de 1970. Se les llamó así por utilizar a menudo este instrumento para difundir y publicar su obra, en muchas ocasiones con la intención de pasar la censura de la dictadura. También está vinculada al movimiento de la Poesía Marginal.Se licenció en Letras por la Universidad Católica de Río de Janeiro. En 1980 estudió traducción, graduándose como Master of Arts en la Universidad de Essex, Inglaterra. Tradujo entre otras, la obra de Katherine Mansfield, Sylvia Plath y de Emily Dickinson.Su único libro de poemas en vida fue A Teus Pés (1982).Se tiró al vacío desde el apartamento de sus padres en Río de Janeiro, era un octavo piso.18. Pedro Casariego (1955-1993)
Pedro Casariego (Pe Ca Cor, como firmaba) escribía los libros con poemas encadenados argumentalmente, de tal modo que constituyen una narración, con un estilo inusual y personalísimo.A partir de 1989 comenzó también a producir obra pictórica que supera el centenar de lienzos. En 1993 nació su única hija, Julieta, a la que dedica un cuento ilustrado. Dos días después de su publicación Pedro Casariego pone fin a su vida.
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