Pasemos ahora al último tema que Marx pone sobre la mesa: la forma como se manifiesta el valor. Esto nos lleva inexcusablemente al acto del intercambio de que hemos hablado al comienzo.
El valor social de la mercancía se formalizará con el intercambio: sólo cuando, por norma general, al entregar una mercancía A se entrega a cambio una cantidad determinada de mercancía B, es posible comprobar el valor social de la mercancía intercambiada. Y esto nos lleva a la conclusión de que el valor es un fenómeno social asociado inevitablemente a la mercancía, es decir, asociado a los valores de uso, producidos gracias al trabajo humano, con el fin de ser intercambiados.